Señora, que bonita advocación que tienes... el Amor, el tuyo por nosotros, el tuyo por tus cofrades ferroviarios, el tuyo por las gentes de tu barrio, el tuyo que siempre es y será Eterno. En estos tiempos tan falticos de Amor entre hermanos, Tu nos sacas de la desesperanza y nos das fuerza para afrontar el verdadero Amor... el Amor por tu hijo, el que tuvo Buena Muerte porque fue consumada su misió entre los hombres.
Y el Trabajo, malos tiempos Señora los que nos asolan y nos sacan de nuestras casillas. Muy malos tiempos los que se ciernen sobre esta sociedad que está mas pendiente del mensaje de un crucifijo, que del hermano que pierde su puesto de trabajo, pierden el apetito, pierden el sueño y las ganas de vivir, y algunos incluso pierden hasta la cabeza.
Yo no te pido Amor, pues gracias a Ti tengo el de mis seres queridos y amigos. Y mi Amor hacía Ti, es imperturbable, porque yo si grito al viento que Creo en Ti, Señora. Creo en Tu hijo, que murió en un madero para la salvación del mundo. Y creo que siempre estarás conmigo hasta el fin de mis días...
Hoy te pido lo que todo el mundo anda buscando por ahí, lo que hace a tanta gente ser feliz, como bien dice la canción... acuerdate de tus hermanos, los que se encuentran en interminables y cansinas colas a las puertas de la oficina del INEM. A esos a los que la alegría se les resiste, y a los que la esperanza no es mas que una quimera en estos días. Hoy, que esta sociedad se empeña en estar mas pendiente de quitar crucifijos que no dañan, si no todo lo contario, yo te pido que te acuerdes de los que esta sociedad parece haber olvidado... los que su única cruz en estos momentos es estar en las colas del paro, y llegar día tras día a sus casa intentando esbozar una sonrisa delante de sus hijos. Señora, se que lo harás, pues por tu advocación siempre lo has hecho, y más de uno hemos pasado a rendirte Honor y Gloria... y de paso, a pedirte trabajo....
Amor y Trabajo... y la Salud, que no falte... besos Reina Ferroviaria, Madre que siempre serás de Jesucristo Redentor, por los siglos de los siglos. AMEN
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