Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Al Señor...

Cuando nada queda. Cuando la noche se hace cerrada, quieta y callada. Cuando los pasajes que se adquirieron para esta vida tocan ya a su fin. Cuando en la estrellada "alboreá" el último renuncio te deja la piel inerte y fría. Cuando nada te sirve pues todo lo has de abandonar. Cuando ya nada te sirve. Cuando te ves fatigado y cansado de vagar con este, tu cuerpo. Cuando tu alma dejo ya de sentir. Cuando los aplausos se convierten en lágrimas y las risas en melodías lejanas al amparo de las notas de un tambor ronco y "rajáo", que retumba en tus oídos mientras tus ojos se cierran para siempre. Cuando los sonidos de la vida paseen sordos por las agujas de los sentidos y sepas que ya estás en las últimas... El estará conmigo...

Cuando las espinas no pinchen, las uñas no arañen y el corazón deje de sangrar. Cuando nuestras heridas ya nunca más se abran. Cuando las gotas del rocío de la mañana dejen de refrescarnos la cara. Cuando en la bendita llaga de nuestro costado imaginario, dejen de meternos los dedos. Cuando al amparo de un viejo y rasgado tablero ya no se reanude la partida. Cuando la escarcha no la sintamos y nos deje herida la piel. Cuando las sombras no sean más que malos augurios de madrugadas en las que nos perdimos una y mil veces. Cuando la luz del sol no caliente más nuestras carnes. Cuando el silencio, de paso a el olvido con la lentitud de los siglos y los escarnios del pasado... El estará conmigo...

Cuando nada queda. Cuando el último hálito de vida inunde nuestros pulmones. Cuando nuestras pupilas secas se quebranten en el albor de los tiempos. Cuando la paz emane por nuestros poros. Cuando las arterias se sequen. Cuando el polvo se convierta nuevamente en polvo. Cuando los pasos de un chiquillo se escuchen lejanos y ya no provoquen sonrisas. Cuando la vida se nos escape. Cuando dejemos de sentir, amar, querer, desear, ansiar, anhelar, apetecer, aspirar, ambicionar, pretender, estimar, adorar, venerar, idolatrar, experimentar, apreciar, advertir... El también lo estará...

No dudéis jamás... al final de todo este camino... El estará... mientras tanto, vivir...



Malditas las entrañas...

Malditas las entrañas de quien renegó de ti. Malditas las entrañas del que nada hizo, pudiéndolo hacer. Malditas las manos que te mecieron para cambiarte de sitio. Malditas las ideas de quien se lo inventó. Malditas las envidias, los rencores y los celos. Malditas las palabras que se perdieron con el tiempo. Malditas las luces que no dejan ver las sombras. Malditas las memorias que no ensalzaron tus glorias. Malditas las madres de los hijos que lo permitieron. Malditas las voces que se callaron. Malditas las ansias de devorar el pasado y no cambiar el futuro. Malditas sean todas y cada una de las noches que pasas en tu rincón. Malditas sean las mañanas y tardes de medallas y trajes oscuros donde se mira conforme se entra a la derecha. Malditos los bancos que nunca se llenaron a tu vera. Malditos los segundos que pasa aislada y sola. Malditos los minutos que se nos hacen eternos. Malditas las veces que levanté la mano, la voz y las ganas. Malditos los quieros de unos y los renuncios de otros. Malditos los pensamientos cuando nada se cambia. Malditas las horas muertas en el rincón del olvido. Malditas las ganas de volver a verte. Malditos los que te miran y vuelven la cabeza. Malditos los que saben de ti y no te tengan ganas. Malditos todos los hijos desterrados, cuando se acuerden de ti. Malditas oraciones que taladran mis emociones. Malditas las horas que paso sin verte. Malditas las capillas que no fueron consagradas. Malditos los instantes que me quedan para amarte. Malditas las sentencias que dictan los que juzgan sin juzgarse a ellos primero. Malditas las artimañas de quien dice consolarte. Malditas las angustias que me hicieron perder la cabeza. Malditas las montañas de flores plastificadas. Malditas las chicotas que no se dieron con el corazón. Malditos instantes que con mi cabeza se ceban. Malditos los unos, los otros y los que vendrán. Y maldito yo el primero, por esta entrada...

Pronto te veré de nuevo en la calle, y toda esta pesadilla habrá pasado.... o comenzará de nuevo...


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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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