Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

martes, 31 de diciembre de 2013

El último día del año...

Amaneció... una mañana más que no es una cualquiera... es la última mañana del año... y hoy será una mañana larga... y también un día seguramente bastante largo... el último día del año. Con su última noche que ya pasó, a Dios gracias...

Pero aun así, como todos los días, acabará terminando. Y cuando lleguen las doce de esta noche que separa las quimeras de un año y el siguiente, dejaré mis zapatos cincelados con el cristal con el que está fabricada mi alma, en la entrada de mi casa... sin esperar que ninguna princesa de cuento venga a recogerlos, pues ya tengo yo las zapatillas de andar por casa de la mujer que quiero, bajo el dosel de mi cama. Bien guardaditas y a buen recaudo, junto a los libros no leídos aún, y a la vera de la sonrisa de una eterna Calabaza que sigue siendo y será siempre, mi comparsa fetiche. Una de Ares,... de mi amigo Antonio Martínez Ares... 

Y tras las doce campanadas, sin comerme las uvas que suman tres, siempre impar... seguiré intentando ser feliz, por haber estado un día más por aquí. No me refiero a "twitter" ni a "feisbuk",... ni a ninguna otra red social. Ni siquiera me refiero a la posibilidad que esta pantalla en blanco me brinda esta mañana, para dejaros unas pobres palabras encadenadas en una entrada final de año en alguno de mis blogs, los cuales tengo bastante desatendidos, la verdad. Propósito de enmienda y recuperación de ambos blogs, para lo que ha de venir el próximo año. Apuntado queda en la lista de los deseos por cumplir... y todo se andará...

Y con ese "por haber estado un día más por aquí", me refiero a seguir caminando a duras penas por este mundo mundial. No sé, si dejando huella, eso el tiempo lo dirá... pero seguimos caminando, y se hace camino al andar, o eso ya se dijo... paseando de pasada por este mundo plagado de boquetes, donde meter una y otra vez la pata. Lo siento. Pero es lo que hay... eso sí, intentaré meterla cuanto menos pueda, mejor. Pero permitirme no dejar de meterla de vez en cuando. Eso significará, que al menos seguimos estando vivos, y que como tales mortales nos equivocamos como cualquier hijo de vecino. Significará, que nos duelen las cosas que no pensamos cuando las hacemos,... las que se pensaron y se intentaron... y las que pensamos y no hacemos, también...

Significará, que nos sigue arañando el sentío la carencia del afecto de quienes un día creímos tener como hermanos, amigos o conocidos, y resultaron no ser ni lo uno, ni lo otro, ni lo de tercero... pero que todos, de una manera u de otra, me ayudaron a sentirme vivo. Y la vertiginosa sensación de ser y estar vivo, sintiendo como mi sangre caliente recorre a borbotones mis venas, me encanta. Me hace bien. Sentir la sangre que me queda por derramar en aquellas batallas que aún tengo que librar, es maravilloso... Así que gracias.Gracias de verdad a todos y cada uno de ellos, por que es de bien nacidos el ser agradecidos. Y hasta con quien no me quiere, quiera o quiso, he de serlo, pues me mantuvisteis vivo en cada embestida de cosas de esta vida que no entiendo, y que son por lo visto acompañantes de la misma esencia del ser humano,... como el odio, el rencor... o la mismísima envidia, que ni entiendo ni entenderé jamás... 

Yo ni odio (no merece la pena), ni guardo rencor (aunque cuesta, y mucho), ni os tengo envidia (¿de qué?)... mi sueño y mi tranquilidad, vale mucho más que todas esas cosas juntas... y todo llega, tarde o temprano todo llega. Y cada cosa va a su sitio. En este mágico "tetris" al que creemos jugar, cuando tan solo somos una pieza más de una partida para la cual, no sabemos la fecha exacta de su "game over"... pero no por eso dejamos de ser una mera pieza más, que maneja aquél que mueve todos los hilos, y que te termina siempre poniendo en tu lugar. Lo quieras o no... 

Y la felicidad de sentirme vivo y haber metido la pata, es al fin y al cabo, lo que cuenta. Y el que no meta o haya metido la pata en algún boquete durante el paso de sus días, noches y años..., que levante la mano y callado coja el camino, y se vaya, por que estará mintiendo... por que nuestra absurda condición humana, siempre viene ligada a la metedura de pata. Eterna, inmortal y que se perpetuará hasta el fin de los siglos... desde el principio de los tiempos, hasta nuestros días... (Génesis 3:14 Y Jehová Dios, le dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, "que no sé pá qué te metes en ná", maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu pecho andarás, te arrastrarás... y polvo comerás todos los días de tu vida...)... y yo paso de ser serpiente que se arrastre y coma tierra todos los días de mi vida. Con lo buena que es la tierra pa las macetas, y lo mal que me sienta a mi... ni siquiera me apetece eso de ser maldito entre todas las bestias. ¡¡¡Que no!!!,... que paso... osea... se la come Eva, deja en bragas a Adán, y al final el rapapolvos se lo lleva la serpiente... eso en Granada es tener malafollá,... "noniná"...

Mientras tanto, mientras siga metiendo la pata de vez en cuando, seguiré intentado ser y estar feliz por día que pase, por seguir trabajando y mantener mi puesto de trabajo con la que está cayendo. Y eso, después de ver como me mandaban a engrosar las listas del paro un veinticinco sin premio de junio, es una más que buena razón para sonreír cada noche al acostarme. La sensación que te da el saber, que has de levantarte temprano por que en algún sitio esperan de tu aportación a un nuevo proyecto. Y tan solo pido seguir levantándome con ilusiones renovadas cada día que amanece, desde que me llamaran para esta nueva aventura en la que me embarqué sin pensármelo tres veces en julio de este año que hoy termina...

Seguiré siendo y estando feliz, por ver a mis hijos sanos y crecer. Es prioridad máxima el que ellos estén bien, y para eso debo de estarlo yo el primero. Gracias a los dos, a Francisco y a Jesús, por estar siempre ahí, y conmigo formar uno de los impares más maravillosos que conozco, quiero y adoro. Espero que este dos mil catorce que mañana comienza, nos traiga muchas más alegrías juntos, y poder cumplir ese ansiado sueño costalero que cualquier padre que haya bebido de las mágicas mieles de las trabajaderas, siempre sueña al tener hijos varones... (ojalá sigan los caminos de su padre, y algún día nos encontremos los tres bajo un paso de palio azul y salesiano, que rebose Salud allá por donde pise)... y eso, si Dios me lo permite, se cumplirá este próximo dos mil catorce... ojalá!!!...

Y gracias a TI, con mayúsculas. Por aguantarme, soportarme, prestarme tu hombro, tu cadera y tu piel. Dejarme un lecho donde reposar y ser yo. Descansar y sonreír. Por ser la comisura de mis labios. Por estar y querer estar. Por sentir. Por hacerme sentir a mi, lo que ya creía perdido para siempre. Por creer en nosotros, siempre mucho más que yo. Por cruzarte en mi camino, ese que sigo yo andando, y que espero dejar de andar solo mas pronto que tarde... Gracias a TI, porque sí... por alearte conmigo para formar de nuevo, un inigualable impar más al que dar forma...  

Seguiré siendo y estando feliz... e intentaré que esa felicidad sea siempre recíproca... en todos los aspectos. Te la mereces, y aquí estoy, estuve y estaré, para ayudarte a que así sea...

Yo... mientras tanto, disfrutaré del maravilloso viaje que es la vida a tu lado en busca de la felicidad, manejando y dejándote manejar el timón de una vida que es más que mía, a partes iguales... por que ya tiene compaña para esta preciosa travesía... y eso si que me da la vida...




De todas maneras, en el fondo, siempre quise ser marinero... y nunca es tarde para surcar en velero, los mares de China... mientras nos sigamos dando besos de esos... de los de darnos las gracias... las que yo hoy te doy, con esta entrada, que aunque jamás la has pedido, es tuya, y solo tuya...


Pd: Gracias por este año impar... y por todos los impares que han de venir...

martes, 24 de diciembre de 2013

De corazón...

De corazón... de la única forma y manera en la que se hacer las cosas... equivocadamente o no... eso ya me da hasta igual... tan solo os deseo... Feliz Natividad de Nuestro Señor Jesucristo... y de paso, felicitar a la Madre... y al padre... uno de los grandes olvidados en estas fechas... San José, el marido de María la Virgen... 

Que la Luz del Mundo vuelva a iluminar una vez más vuestros, nuestros corazones,... manteniendo las tradiciones y el espíritu de una buena nueva... Siempre Salud... Siempre...


jueves, 19 de diciembre de 2013

Trece años... impar...

TRECE años... impar...

No creo que haya mejor homenaje... que estos TRECE vídeos... y muy pocas palabras...

Grande Carlos Cano... siempre en el recuerdo...














martes, 10 de diciembre de 2013

Gracias...


Gracias... 

Solamente eso... que no es poco... así que como siempre... como cada día... Gracias!!!...

Hace ya tiempo que te paseaste Reina del Zaidín Cofrade, en aquel XXV Aniversario, repartiendo Salud (y bien que lo sé), por las calles de una Granada para ti desconocida en tu Salida Extraordinaria de aquel mayo ya lejano. Yo, ya Tu sabes que iba acompañándote todo el camino. Había tenido la dicha hermosa de volver a sacar tu garboso palio azul y salesiano en aquella semana santa. Ese fue hasta la fecha, mi último Jueves Santo contigo. Y esa jornada de mayo, yo tan solo quería estar cerca de ti, Señora. Pero de otras maneras. Caminando a Tu lado, y disfrutando de ti, y de mi gente que iba bajo el paso...

Y te acompañé. Traje azul de mil rayas impares, para ese entretiempo que es el mes impar que a mi me vio nacer, y por el que aún respiro. Caminé a tu lado desde bien entrada la mañana. El de la ida, hacía Catedral en aquella mañana preciosa, saludando a cuantos se acercaban a verte pasar. Luego, Misa en aquel día, que para colmo fue Día Internacional de la Salud... y yo sin pedirte otra cosa, que no fuese lo de siempre... lo mismo de siempre y lo único que me atreví, y hoy día me sigo atreviendo a pedirte... Salud...

Y el camino de vuelta, cosas del destino, y que hice pegadito a tu lado impar. Ese costero bendito que me dio forma costalera. Esa izquierda atrás en la que los dos nos comenzamos a sentir desde el primer momento. Mucho han cambiado las cosas. Yo he cambiado. Hasta Tu has cambiado. Todo ha cambiado, Virgencita del alma mía...

La cosa vino tal que así. Como llegan esas cosas que no te esperas. Ya lo explicqué en su momento, y hoy lo vuelvo a hacer. Creo que merece la pena la ocasión y el recuerdo de aquella tarde. Sobre todo, el de un momento, que se grabó en mi corazón a fuego lento, y por el que siempre en el fondo te he estado agradecido. Y también, motivo por el que el pasado día de la Inmaculada fui a darte de nuevo las gracias... siempre, gracias...


La tarde comenzaba al amparo de un café caliente en la Plaza de las Pasiegas, mientras esperaba que abriesen las puertas de la Catedral por la Capilla Real, para entrar a verte, recogerte y acompañarte en fila en tu vuelta extraordinaria hasta el Zaidín. De pronto, el teléfono que suena. Y una mala noticia, muy mala, fue la que me hizo pasar esa tarde pegado a tu costero. El padre de uno de nuestros contraguías de la cuadrilla del Palio, había sufrido un infarto. Y me pedían, que entrara rápidamente a la Catedral, para suplir aquella baja inesperada y de última hora. Con aquel sabor agridulce, así lo hice. Pidiéndote que echaras una mano a aquel hombre, padre de un buen amigo y costalero salesiano de los de siempre...

Y como no, acordándome infinitamente de mi madre, la cual luchaba en aquellos entonces con un voraz enemigo al que procuro ni nombrar, y al que ha sabido enfrentarse con entereza, valor y optimismo. Y sobre todo, con tu inestimable ayuda en su curación. Y eso es tan solo lo que te pedí aquella tarde. Que no es otra cosa que lo que siempre te pido, pues a ti, no se te puede pedir más que eso... el amor se lo dejamos a Cupido, y el dinero... bueno... eso ya es otro cantar...


Así que tras echar un capote a la que siempre fue, es y será mi cuadrilla, y pasar como he escrito en un principio, por una Granada desconocida por TI, nos dirigimos a ver a la Señora de Granada. Angustias de nuestros antepasados y Patrona de nuestra bella ciudad, y hermosa provincia. La Virgen de las Angustias, abierta su Basílica de par en par, y aguantando su hermandad estoicamente el retraso acumulado por el hecho de no haber mirado un par de cables y unas máquinas de aire en una calle por la que no pasaba nuestro paso de palio. Y allí que llegamos, y allí que te rezamos. Madre. 

Salud... Salud... y siempre Salud... 

Pero al volverme hacía mi izquierda, y ya con el paso revirando hacía la puerta, una voz que me nombraba me hizo perder la noción del tiempo, del momento, y del lugar... Era mi madre, la reina de mi casa, que me decía: "Franci, Franci,... que he venido a verla, pá pedirle que me cure"... y que llorando tanto de la emoción de ver a su hijo donde ella siempre ha pensado que me debería de ver cada jueves santo (a Tu lado siempre) y sabiendo ella el devenir de aquellos años en mi relación con mi cofradía de toda mi vida, le pudo la estampa. Le pudo el amor que ella me tiene. Y como me ha repetido desde aquel día, le pudo el decirme que si alguien la quiere como yo, no puede haber mejor mensajero que con tanto amor le pida a una Madre por y para otra madre... ambas con mayúsculas y bien escritos sus nombres con letras de oro en las memorias de mi vida. Madre de la Salud... y mi madre Manuela Abuín...

Sabía que había pasado malos días. Que no se encontraba nada bien. A pesar de eso, se armó de valor y se vistió de grandeza, para con mi padre del brazo, acercarse a poder contemplar aquel gran momento. Una madre frente a la otra. Veneración de sus padres, de los míos y de los que quedan por llegar... Patrona y Salesiana. Juntas. Mirándose de frente la una a la otra. Grandes. Inmaculadas y de un bendito azul cielo, el cual lucía estrellado aquella noche. Y allí estaban las tres... impares, como siempre... Mi madre, mi Madre y Mi Patrona... una que me dio la vida... la otra que me la guarda... y la Gran Madre de todos los granadinos, y a la que cada vez que pasamos por sus puertas, aun cerradas, damos gracias y nos persignamos tres veces tres... tres como Madres estaban a mi vera en aquel preciso instante... tres... impar... siempre...

Y fue tanta la emoción y tan grande el momento, que sin saber como ni de que manera, le respondí a mi madre con rabia y a plena voz... "Tu ya no tienes nada, Ella te ha curado... no te preocupas, mamá, que estás en buenas manos"... 

Creo que me pudo más el corazón y las ganas de dejar todo aquello atrás de una vez, o el simple hecho de pensar, que eso no le estaba pasando a la que me dio la vida, que la rabia me pudo, y salio a flote el deseo. el único deseo que en ese momento yo tenía, y pedía a voz en grito... "Cura a mi madre, Salud... no te pido nada más... pero que carajo digo, si mi madre ya no tiene ná"... 


Y hoy, tras años, meses, semanas y muchos días de pelea, el pasado día 5 de diciembre, recibimos la grandísima noticia de que mi madre, está totalmente curada. Que los marcadores no dan señal alguna de aquel mal infame e innombrable. Que su "salud" está del todo respuesta. Que la pelea ha sido larga y aunque sigo pensando que "porqué ella y no yo",... mi madre, valiente ha ganado la batalla, cubierta desde entonces todas sus noches con un manto azul, que es el que me da la mayor de las razones para seguir aún por estos mundos, locos muchas veces, infumables otras tantas, y dolorosos, muy dolorosos... el mundo de las Cofradías...


Larga vida, Mamá... aun te quedan muchas cosas que hacer aquí con nosotros y que ver de nosotros... que disfrutar con tus hijos y nietos, y los que tendrán que venir... larga vida, Mamá, y enhorabuena porque la Victoria es y ha sido tuya... Ella, la del manto azul salesiano, sabes ya de sobra que nunca te abandona. Ni a ti, ni a los tuyos. Pero déjame terminar todo esto que hoy te quiero decir, al margen de las felicitaciones, nombrando a cada una de las Madres que hacen que mi mundo, sea el que es. El que yo quiero. El que vivo, fuera aparte rencillas y gilipolleces que no conducen nunca a nada... yo me metí en la Hermandad, sin tener ningún precedente en casa. Me he llevado muchos palos y muchas desilusiones en este mundillo cofrade. Pero también han sido muchas las satisfacciones personales que me he llevado y que bien guardo. Personas a las que conocí, y que hoy ya algunas no están. Pasos que paseé y que me hicieron convertirme también, en el hombre que hoy soy... en el padre que intento ser... y en el hijo que sigue intentando hacer lo mejor posible para con sus padres y hermanos... 

Y por eso fui a darle las gracias este pasado día 8. Día grande para ELLA y que yo vivo con un hondo pellizco y un sabor agridulce, cada vez que llega este día... diez años sin mi abuela, son ya una década sin la otra madre que yo tuve... y este año, aún más, pues se que alguien anda moviendo los hilos, para que vuelva a ser feliz. Muy feliz... y ya toca, creo... empezamos la quinta década de mi vida (no pensarse que cumplo 50, carajo, que aun me queda), y hay días en los que la mente intentar hacer repaso de todo, y cada día cuesta eso mucho más... 


Así que ahí va mi felicitación, a mi Madre bendita de la Salud, y lo haré nombrándolas a todas... y dando las gracias a cada una de Ellas, por su aportación y su pequeño granito que cada una en sus distintas advocaciones seguro que han puesto... 

La Paz, que nos ha dejado el saber tus últimos resultados...
La Victoria que has conseguido por ser siempre una luchadora...
La Maravilla que es ser tu hijo y la Encarnación que en tu vientre se fraguó...
Tu Dulce Nombre en mis oídos y el calor de tu apellido que siempre me acompaña.

La Luz que me ampara en la oscuridad...
La Amargura que ha sido compartida por tu esposo, mis hermanos y tus nietos...
Consolación a diario para estar siempre contigo...
Dolores que has sufrido día tras día y a los que has vencido...

Caridad para con tus hijos a los que nunca nos falta de nada...
Esperanza, grande y verde que siempre has tenido presente y en la que todos hemos creído...
Lágrimas vertidas muchas noches en vela, y vecina que te vio nacer en San Juan de los Reyes...
Soledad, aunque tu la hayas sentido, jamás lo estuviste...

Sacromonte al que te gustaba subir de chiquilla a echar bailes y cantes, desde el Ave María...
Penas las tuyas, y las nuestras por verte tantos meses de lucha y pelea...
Rosarios que fueron cayendo noche tras noche y que yo llevo en el bolsillo de mi vaquero...
Merced a las tempestades de calores, sofocos y sudores fríos, que has aguantado estoicamente...
Remedios, todos... los de la salud física, y los de la salud del alma... y que han valido la pena...

Auroras que contemplaste muchas mañanas, por no poder dormir en tu cama...
Estrellas que contaste, pidiendo nada más que Salud...
Concepción que has ido viendo, con tus nietas Carla y Paula...

Amor y Trabajo, virgencita ferroviaria que se que tanto te gusta...
Misericordia tres veces impar, que te acompañó cada día... 
(recuerdos de chiquillo y salaillas en el Campo del Príncipe)
Mayor Dolor, hasta retorcerte en cada punzada, y sentirte sola como la Soledad...

Angustias, muchas... pero bien pasadas ahora todas...


Y Alegría inmensa e inclasificable por tu tremendo Triunfo antes esa enfermedad tan rastrera como vil a la par que canalla y desalmada..., esa gran Victoria que todos celebramos el pasado puente dándote una sorpresa en una cafetería del barrio, el de toda la vida. Nuestro Zaidín. Reuniéndonos todos los hermanos sin que tu lo supieses, y con el gancho de nuestro padre (otro que ha sufrido contigo, todos los días 24 horas de cada uno de ellos, y que jamás se ha separado de ti) para esperarte a la hora del café, y felicitarte todos, como solamente tu te mereces... y darte besos y la enhorabuena por tu pelea y tu lucha constate, por ser como eres, y por ser quien eres...

Ya no está. Ya se fue. Y ojalá no lo volvamos a ver nunca jamás, ni acercarse siquiera con su mala sombra a ninguno de nuestra familia, ni a nadie que conozcamos aunque sea de refilón...

Y por eso fui a darle las gracias, a la que siempre se que ha estado a tu vera, día y noche. Semana a semana. Mes a mes... año tras año... la más grande entre las Grandes... NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD, de la Salud de las Almas, y de la que es tan importante para el común de los mortales... La Salud física que nos hace poder disfrutar mucho más tiempo de nuestros seres queridos... 

Y no nos olvidemos de EL, nunca... al que se va por mediación de la Madre que nos protege y bien sabido es que da SALUD a manos llenas (si antes nunca tuve dudas, ahora ya no es ni pensable)... 

Pero acordémonos también de Él... el vecino de mi madre... el Santísimo Cristo de la Redención... gracias a ti también, Señor... por siempre. Ruega por nosotros, y que Ella siga dándonos Salud, mientras tu, nos sigas dando la Paz... Amén... 

El palio más romántico de Granada - La Virgen de las Maravillas

El palio más romántico de Granada - La Virgen de las Maravillas
Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

El Misterio de los Misterios - La Santa Cena Sacramental

El Misterio de los Misterios - La Santa Cena Sacramental