Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

miércoles, 20 de marzo de 2013

Con la primavera...

Con la primavera, o eso dicen, llega el Señor... cuando en verdad, no se ha apartado de nuestra verita en todo el año. Si acaso, hemos sido nosotros los que hemos ido volviendo la cara a tantas y tantas cosas, que muchas veces ya no tienen recuerdo ni recuento. O quizás las olvidamos, creyendo así, que están ya más que saldadas... "Mea culpa",... dijo el pecador,... pero cuan fácil es entonar un mea culpa, cuando el arrepentimiento no es ni sincero, ni jamás se hizo con ánimo de no volver a tropezar con la misma piedra. Esa con la que finalmente, terminamos tropezando setenta veces siete...

Y ahora, que llega la primavera, todos nos acordamos del Señor...

Hosanna!!!,... gritamos al cielo azul de una Granada que espera con el despertar de una primavera más,...mientras tendemos en el suelo nuestras más ricos mantos, partimos ramas de nuestros mejores olivos, y agitamos hojas de palma con las que trenzar corazones a la deriva de un socorro perpetuo, que parece que nunca termina de llegar... suenan tres golpes graves, lentos, sonoros, y es entonces cuando las calles rebosan de una paz infinita que parecía adormecida, callada y quieta durante el resto del año... pero claro, es que estas cosas solo llegan con la primavera...

Todo parece que cambia cuando llega la primavera... y a la carrera bendita de un romántico palio, "el palio más romántico de toda graná", vuelven sus caras los pintados frescos profanos que con el gran sol se confunden. La Alhambra, siempre mera espectadora de un proceso sin sentido. El rumor del agua, no deja siquiera escuchar al pregonero dictar la más injusta de las sentencias de todas cuantas dictamos a diario,... las nuestras,... esas contra nuestros propios hermanos...

Pero con la primavera, como que todo llega... y por conventuales callejuelas donde niños luchando le dieron nombre a una calle, se encarna el cautiverio  nazareno de un cristo de manos atadas, y de una triste y absoluta soledad...

Con la primavera, nos llegan sones cartujanos despojados de sandalias pecaminosas, que en ardientes llamas de fe forman regueros luminosos con los que atravesar callejas nuevas, pero inertes de amor por lo visto durante el resto de estaciones... atrás quedó el verano caluroso encendido de faldas cortas y gotas de sudor, el otoño que aquí ni es chicha ni es limoná, y este invierno frío, ausente y crudo, húmedo a no poder más...

Y es entonces cuando el Misterio de todas las primaveras, se rompe en mil impares migajas de pan recién horneado, que es cenáculo a duermevela de un domingo inesperado en un dominico rincón, de barrio juncal y real como la vida misma, donde se escuchan salmos cantados al compás del cordero pascual y las hierbas amargas, bailes y charlas animadas, hasta que las sombras proyectadas en encaladas fachadas arcáicas dan paso al blanco de la luna de parasceve...

Seré yo??...

Pues claro que seré yo, Señor... y ponerse todos los demás la mano en el pecho,... entonemos juntos el Mea Culpa de no habernos acordarnos de Ti, durante el resto de las hojas ya tachadas de nuestros calendarios deshojados, día a día, semana a semana, y mes a mes...

Y no me vayan a tirar piedras, ni levantar la mano aquel que esté libre de culpa o de pecado... que ya me la levanto yo contra mi mismo, y aquí lo dejo escrito hoy... hoy que parece que todo llega...

Con la primavera...



El palio más romántico de Granada - La Virgen de las Maravillas

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

El Misterio de los Misterios - La Santa Cena Sacramental

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