Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

sábado, 29 de marzo de 2014

La gente de la Salud...


Está claro eso que dicen, que como en casa, en ningún sitio...

Y eso es así. Mi casa es mi casa, y en mi casa soy feliz. Y no es una casa cualquiera. Es mi hogar... No es que no lo sea en otros sitios, que también. Pero el regusto y las miradas cómplices de tu gente, con la que has bregado tanto, y con los que siempre irás a muerte, hacen que las cosas sean diferentes. Muy diferentes, en las maneras de hacer las cosas, que en mi casa se hacen "de otras formas y maneras". 

Anoche, pese a los kilos que caían, pese a que muchos de la cuadrilla del palio de la Salud son jóvenes, muy jóvenes, muchos de ellos sin experiencia en el mundo del costal, y otros que se la dan de años, y no le tiran fuerte al palo "parriba", se disfrutó... hubo momentos para la pelea, para sonreír, para querer que llegase ya el jueves, para pedir por dios que se acabase ya el ensayo, para andarle al son garboso de una hermanad de kilómetros, abriendo el compás y andando de largo con un palio que ya quisieran muchos otros sus hechuras... hubo momentos para todo, incluso para entregar la cuchara, sacar el pañuelo blanco por el costero, y pedir la vez... hasta aquí, señores... hasta aquí...

Pero lo que si hubo, es la sensación de querer y ser de Ella, siempre. Hasta la eternidad. Dentro o fuera del paso, me da igual. Se que mi sitio está, estuvo y estará siempre con mi cofradía. Esa de mi colegio, donde me arañaba las rodillas en el patio que hoy nos ve pasear bajo "hierros y maeras"...

Tiré no se cuantas ropas, creo que perdí la cuenta. Por supuesto a mis hijos. Y mi hijo, Fran, tiró de la mía, esa que probé anoche, y que estrenaré Dios mediante, (D.m) el próximo Jueves Santo, gracias a Inma León, Adrí (Adrián Pérez Álvarez), un artista que dará muchísimo de que hablar... y por supuesto a quien me la ha regalado. María del Mar. Gracias nena, eso es así. Gracias, no sabes cuantas... ni por cuanto... 

Me hice la ropa ayudado de mi ahijado, Alejandro, al que un día veré también bajo el palio de la Salud. Seguro. Tiene madera, porque de casta le viene al galgo. Tiré la ropa de mi pequeño Jesús, que este año se estrenará. La de sus amigos, que no confían en nadie más para que les hagan la ropa. Tiré la ropa de Compi, crack donde los haya. Tiré la de mi buen amigo Miguel Angel Bonachela, y la del bueno de Lolo, al que aprendí a escuchar su voz bajo este palio azul, y acompañé sus pasos bajo el Señor del Rescate en muchas y buenas chicotás. Tiré ropas, las de mis sobrinos Juanjo y Mario, también la de Viedma (José Manuel) al que le ha picado este año el gusanillo y el veneno del costal, y estos días he estado pendiente de sus ropas y de sus sensaciones... tiré tantas ropas, tantas, que prácticamente no me dio tiempo a mi, a hacerme la mía... 

Pero eso es un ensayo salesiano, en patio de colegio donde aprendí a ser quien soy y lo que soy. Y saliendo o no, y esperándola bajo su azulejo, o bajo su paso, solo sé que soy de Ella, y que así será el resto de mis días... 

Así que gracias. Gracias a todos... por todos los momentos vividos anoche, y en estas semanas anteriores... y como dije ayer al acabar el ensayo. Ya solo toca esperar que llegue el Jueves Santo... 

Aquí os dejo algunas instantáneas de momentos vividos anoche, con mi gente... la gente de la Salud.









































































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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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