Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

viernes, 22 de febrero de 2013

Siempre cuesta...

Siempre cuesta... 

Hablar de lo de uno mismo, siempre cuesta. Muchísimo. Más de lo que uno se cree. Y hay veces que se lanza al abismo del negro sobre blanco, sin pensar siquiera en lo que eso pueda deparar. Ya sea para bien, o para mal. Y aunque sepas ya de antemano, que la mayoría de las veces puede que sea contraproducente, te puede más la valentía y quizás la osadía o temeridad, de hablar de lo que es de uno, porque así uno mismo lo siente. Profundo. Latente. Sangrante...

Y eso me pasa (me ha pasado y me pasará), con lo que yo siempre sentí como mío (no en propiedad, válgame Dios). Esa querencia que se amasa con el paso de los años, con el paso de los calendarios tachados, no es más que el sentir sincero y martilleante, que hace mella días tras día en el arcón donde se guardan los hábitos a veces ya dormidos. Mi hermandad...



He salido en muchas cofradías y hermandades. Como costalero en sus pasos (Redención, Salud, Paz, Santa Cena, Sentencia, Maravillas, Rescate, Soledad de Santana, Favores, etc)... Como nazareno penitente en Redención y Rescate. Como músico (desde 1987 a 2003 en infinidad de Hermandades de Granada, provincia y resto de Andalucía). Como simpatizante acompañando regresos de amigos que llevaban su fe a las calles y la plasmaban tras regueros de luz y bajo petalás de devoción a sus imágenes titulares. Como hermano de acera, a pie de calle viendo el transitar de hermandades y cofradías en las que expresan su fe de la mejor manera que saben, amigos y conocidos... etc, etc, etc...

Pero por mucho que haya vivido, de bueno y de malo... en unas con mejores sensaciones que en otras,... en otras con mejores momentos que en muchas de algunas,... siempre cuesta,... siempre cuesta escribir, cuando decides escribir de la tuya...

Y llegas a la conclusión, de que uno no tiene más hermandad que donde echa los dientes, y deja las asauras, aunque le duela. Uno no tiene más querencia que a la que le dio de mamar, hablando en cofrade, aunque le duela. Uno no se contenta con cualquier cosa por mucho mejor que lo hagan en otros lares conmigo y se porten de categoría (normalmente no se por qué extraña razón, a uno lo suelen tratar siempre mejor fuera de su casa), y por eso y estas miles de cosas más, que no voy a enumerar una por una... siempre cuesta hablar de la que te duele,... y es que la que le duele de verdad... uno sabe siempre cual es...

Y al final, aunque sea como viene siendo de un tiempo a esta parte, desde ese lugar que yo mismo me he adjudicado para mi, y desde el que año tras año veo partir "mi cofradía" hacía Granada para repartir Redención y Salud a manos llenas, me digo siempre lo mismo... ¿¿¿para qué???... ¿¿¿por qué te mortificas, año tras año, jueves tras jueves, vida tras vida???...


Por qué no apartas el dolor que te causa???... por qué no te tomas las cosas de otras maneras???... por qué este pellizco hondo, hiriente y siempre sangrante, de herida fresca siempre y abierta en canal de par en par, sabiendo que siempre habrá alguien que venga a meter el dedo en la llaga, a ver si terminas de retorcerte de dolor, mueres, o al menos desapareces???...

No lo sé. Pero no va conmigo, el callar lo que pienso, creo y considero que está mal. Soy quien soy. Soy como soy. Y creo que ya cercano, muy cercano a los cuarenta, no me gustaría cambiar. Y esta mañana, pues como siempre, intentando saber y estar lo más informado que puedo de lo que pasa en la cofradía que uno siente como suya (aun sin serlo jamás en propiedad), me encuentro con esta foto que os dejo más abajo. Y esa foto, para mi, dice mucho de lo que llevo sintiendo año tras año, y que a este paso, perderé toda esperanza de que el dolor mengüe, se calme, o quizás algún día, por fin desaparezca...

No se quien es la cabeza de las ideas brillantes. No se quien es el ideologo al que se le pasan estas cosas por la cabeza, las ejecuta y se queda mas ancho que pancho. No se a quien se le ocurrió celebrar una festividad, sin que esté presente realmente a quien se festeja. Es como ha dicho alguien esta mañana, y al que no voy a nombrar en el blog por no meter a nadie más en la pomada, que para pomada ya me valgo y me sobro yo solito, como siempre... y esta persona me ha comentado, literalmente: "Hermano. Es como si en tu cumpleaños, te cantan lo de Feliz Cumpleaños,... pero de espaldas a ti. En fin. Una más"...


Y como he dicho al principio de esta entrada de hoy, aunque sabiendo que el dolor no remitirá, si no que se agudizará por estar en campaña cuaresmera (esa en la que aparecen todos los cofrades, los a veces nombrados, y también los innombrables), y aun sabiendo que estamos en estas fechas, no puedo (por que es y puede más el dolor, la rabia y la indignación) dejar de dejar constancia en mi blog, de lo que yo considero una falta grave, gravísima de respeto, de las formas, de los protocolos y del más simple, puro y estricto sentido cofrade, al menos hacía una titular mariana... la de uno. La de su Cofradía o Hermandad...

Dejo la foto, no antes sin decir, que esta misma imagen está extraída de la web de la propia cofradía. Ni nadie me la pasó, ni nadie me la mandó Ahí está, en la sección del blog de la hermandad salesiana. Y bajo el título de Festividad de Nuestra Señora de la Salud 2013... 

Y hay algo en esta instantánea que a mi me dice mucho. Bueno, en realidad, me dice lo mismo de siempre. Que no se hacen las cosas bien, o al menos, como debiesen de hacerse. Que no hay nadie que sacie de cordura a los que se creen en el poder absoluto y en la tenencia firme y garante que les da el saberlo todo y hacerlo todo bien... y me dice una cosa que aun me duele más. Y es, que mientras todos "festejan la festividad de Nuestra señora de la Salud"... Ella, la más bendita de las mujeres que me diese de mamar para que mis dientes de leche cofrade, se convirtiesen en afilados colmillos de este lobo ya cansado, aunque de feroz aun le queden restos... Ella, la Madre de todas las Madres... La Realeza sublime de una Salesiana Mariana... está allí al fondo, sola. En su flamante nueva capilla, pero sola. Cambiada de rincón, pero sola. Siempre más cerca de la puerta, que de los corazones de los que le cantan feliz en tu día, y todo eso, mientras están todos de espaldas a TI... osea, SOLA... y por mucho que os guste vestirla, moverla, ponerla aquí, ahora ponerla allá, retocarla, hacerle fotos, mirarla, contemplarla, sacarle defectos a sus rostrillos y a sus vestimentas, jugar a ser cofrades, pasarse horas dándose golpes de pecho de salesiano, redentor y ser más de la Salud que los médicos de residencia y demás gilipolleces varias, que todas tienen cabida en este juego de tronos mal llamado "Las Cofradías"... a mi no me quita nadie de la cabeza esta mañana, que una mijita de humildad, de sentido común y de querer hacer las cosas "medianamente bien", os falta... y si nadie lo ve, mas aun me preocupa... porque donde todos actúan sin rechistar y nadie levanta la voz para decir que "a lo mejor no es así"... mal vamos... 

Ya lo dijo en su tiempo Don Rafael Soldevilla Hidalgo (qepd), Consiliario que fuese de esta "mi hermandad": "...Quiero hermanos en la cofradía, que me digan donde me equivoco. Que nos digan donde nos equivocamos. Que tengan puntos de vista distintos aunque sean distantes, siempre y cuando sean para el bien de la Cofradía. No quiero borregos, que estén y se conformen simplemente, con lo que diga un hermano mayor u otro. Una junta de gobierno, u otra. Por que si aborregados hacemos caso solamente al decir y sentir de una persona, o de una junta... mal vamos... muy mal vamos..."...

En fin, Salud de mi alma... que todo esto que "nos pasa a ambos dos"... tampoco nos viene de grande, ni es de extrañar... ¿a que no?... 


Pero no te preocupes, Salud... que tu no estás sola... así que dame la mano... 

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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