Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

domingo, 7 de noviembre de 2010

Otra vez más, perdido en el llanto de tus ojos...


Otra vez más. Lo tengo que reconocer. Otra vez frente a Ti, y me sigues imponiendo como la primera vez. Igual que en aquel besamanos inmaculado, en el que te ganaste el privilegio de ser para mi, una de las imágenes marianas de Granada que más me impactan y me transmiten. Cuanto de bien puesta está tu advocación, Madre. Mayor Dolor. Y es que bastan unos segundos, pocos, para quedarse para siempre perdido en tus enrojecidas pupilas. Cuanto nos dicen y cuanto vemos en ellas.

Llegué tarde a tu encuentro. Tu paso de palio, bellamente engalanado y con un exorno floral exquisito, reviraba frente a la puerta de Santo Domingo. Las Hermandades que te habían hecho compaña, se despedían de Ti en ese mismo punto y centro neuralgico de nuestra semana mayor y de todo un barrio y una manera de ser, sentir y vivir las cofradías. Al calor de las callejuelas del Realejo y con el calor de sus gentes, tu candelería , totalmente encendida siempre y en todo momento, aunaba el suave perfume de la cera que llora, gracias a la llama ardiente de tantos corazones buenos como vi en aquella plaza.

Gente de nuestra Semana Santa y de todos los estamentos posibles. Costaleros, Capataces, músicos y gentes de bandas, hermanos mayores y menores, nazarenos de unas y de otras cofradías, bellas mantillas que se atavían serenamente en tardes de pasión para acompañar a sus hermandades y personajes de sobra conocidos por todos y de los que no daré sus nombres.


Ya no te perdí de vista. Al menos, y ya que había salido de casa, el rato que estuviese en la calle, que lo echara al lado tuyo. Bella chicotá con la que "la perla negra" se despidió de Santo Domingo, y que os dejo en esta entrada, porque ha tenido que ser contigo Mayor Dolor, con quien yo haya subido mis primeros dos vídeos a youtube, después de tener una cuenta abierta una infinidad de meses sin darle un uso concreto. Más tarde otra chicotá de la que nos gusta a los costaleros de palio, y mira que soy y me considero alto (altísimo diría yo) como para eso, pero caprichos del destino, siempre me he sido costalero de palio, y así me lo han hecho saber algún que otro capataz. Sonaba Campanilleros, para enfilar la Calle Maestro Luís de Granada, mientras buscabas a paso acompasado y a medio pie, la Plaza de los Campos. Luego esa bajada tranquila y gustándote a los dos costeros por la Cuesta del Progreso. Y "La Mariana" envidiable a los sones de la grandísima banda que llevabas ayer para regocijo nuestro, vuestro, de los de abajo, de los de afuera y de cuantos pudimos disfrutar ayer de tu presencia en las calles. Caridad del Guadalquivir fue la marcha que te llevó hasta la misma puerta del Chikito, por la magistral Banda del Carmen de Salteras. Un compact, ni más ni menos. Además, no viniendo a escatimar ni calidad ni sobre todo cantidad. Gracias, sevillanos macarenos y del Carmen, por dejar ayer vuestra esencia musical detrás de un paso de palio de mi Ciudad... gracias, y gracias a quien hizo las gestiones necesarias para que así fuese...

Pero llegó el momento en el que me perdí. Fue levantar en el Chikito y me metí en la bulla que ya venía desde hacía ya un rato. Tras saludar a muchos conocidos y amigos me perdí, y por unos instantes me vi solo y de nuevo frente a tus enrojecidas y eternas pupilas. Frente a tus ojos inmensos como la Mar de las lagrimas que atesoras y por las que cada una de ellas, saladas e intensas, me llevaron a tantos otros "Ave María" como son los regueros que recorren tus preciosas mejillas... impar, siete, esos fueron los que te recé delante de tu paso, mientras mis pies recorrían hacía atrás, los metros que te separaban de una Carrera que ya es de la Virgen, y que anoche fue de nuevo tuya y compartida.

De ahí ya hasta el final, disfrutando. Como el niño chico que fui en aquella mañana de Resurrección, en la que tras ver al Dios de la muerte en silencio y reflejado en la madera marchar hacía San José a hombros de sus hermanos, con el arte, la categoría y el honor que debe de ser portar al mismo Dios. Luego, esperé tu salida, y te acompañe con los rayitos del sol de una mañana en la que recuerdo perfectamente cada una de las chicotás que tu navío bucanero dio a la luz de la Gloria, y que culminó con un tremendo encuentro con Jesús del Dulce Nombre al llegar a la Carrera de la Virgen. Igual. Lo de anoche lo disfrute igual e incluso yo diría que hasta más... y no fue por el hecho de verte pasear de noche, que ya de por sí es mística y nos eriza la piel al amparo de lunas que no existen si Tu estás en la calle. Ni tampoco por el hecho puntual de que tu candelería fuese en todo momento y lugar siempre encendida y tremendamente mimada por el cañero, al que desde este blog felicito. Ni tampoco por la musicalidad que el Carmen de Salteras nos dejó en cada una de tus chicotas. Y tampoco, y estoy seguro, que fueron los trabajos realizados debajo de tu paso y con los que disfrutaron muchos amigos y conocidos. No, señora, No fue eso.

No, Señora. No. No fue ninguna de esas cosas. Amén de que disfruté y mucho de Tu Altísima presencia en primera persona, creo que anoche sentí una de las cosas más maravillosas y que muchas veces no tenemos en cuenta. Y es que gracias a Ti, gracias a que estabas en la calle un seis de noviembre, en una fecha impersonal y fuera de todo lugar para un palio doloroso como el que ostentas y tanto llenas, anoche algo estalló en mi corazón y quizás fue con lo que más disfruté. Ese pellizco que no esperas, pero que te asalta en la mente y te toca la fibra. Y no fue otra cosa, que el tremendo milagro que obras. Porque Tu, Señora, y bajo la advocación que sea, siempre que estés en la calle, me darás la tremenda oportunidad de ver a seres a los que yo quiero y ellos saben que se les aprecia. A todos ellos. A los que sigues por sus blogs, por sus fotos, por sus pregones, o por sus trabajos dentro de el mundo cofrade, por sus méritos costaleros, por ser gente de negro con peso y no de negro por comprarse un traje en Tejidos Palencia o en el Sprinter. Vi gentes que los admiras por ser grandes cofrades, por ser gentes de la semana santa, de la nuestra y de otras, personas de los que hacen posible que cada año tengamos una semana digna de recordar año tras año. Vi amigos y conocidos, que si no fueran por estas cosas, nos veriamos quien sabe cuando, donde y de que manera...

Porque, vi caras que no sueles ver todos los días y que el que más y el que menos se alegran de verte, y eso es de agradecer Señora, porque nos haces juntarnos alrededor tuya y compartir lo que más nos gusta. Y anoche fue noche de Mayor Dolor. Pero también fue noche de amigos y conocidos... y por eso también te doy las gracias, Señora. Porque de la misma manera que me pierdo en tus enrojecidos ojos, Tu me haces reencontrarme conmigo mismo y con lo que de verdad importa. Las personas. Todas las que hacemos posible día a día, que Tu luzcas tu inmensa grandeza Real y Soberana en las calles, y que no estés sola, a la deriva, cual barco pirata abordado por esta sociedad mercantilista y agnóstica, sin sentido del honor y del deber, y sin un rumbo que les lleve a buen puerto. Las cartas esféricas en este país, ya se perdieron hace tiempo, pero siempre quedarán brújulas como Tu, que nos marquen como ayer el camino de la Verdad, la Fe, la Amistad y el cariño que Granada supo entregarte, y que Tu, como siempre agradecida, nos devolviste en cada una de tus levantás y de las chicotás que dio tu precioso paso de palio...


Por siempre tuyo, Mayor Dolor, Reina de San Jose de Calasanz, Bella Perla Negra que conquistaste la ciudad que fuese en su día capital de la Roma Imperial, y generosa Amatista del Genil, como ya dijo el Monaguillo en su Convento hace ya casi un año. Adiós y gracias. Hasta el año que viene, en el que no se si te veré... aunque se intentará... créeme que se intentará.

Pd: Las imágenes de esta entrada son mías, y los vídeos también, además de ser los primeros subidos por mi al youtube. Espero que os gusten. Todas menos la preciosa instantanea en donde se puede contemplar su magnífica belleza, y que está extraída del blog del Convento del Monaguillo... a mi es que todavía me tiembla el pulso para intentar realizar un retrato de su primer plano...

El palio más romántico de Granada - La Virgen de las Maravillas

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

El Misterio de los Misterios - La Santa Cena Sacramental

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