Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

martes, 13 de octubre de 2009

De las batallitas del abuelo... ya no queda nada

Otra vez más. Otra vez más que España se queda huérfana de voz y mando militar. Otra vez más, que despliegan sus alas los que dicen que el ejercito es una profesión y una labor "humanitaria". Otra vez más, que los mismos políticos que agachan la cabeza cuando muere un militar desplazado con su contingente a otro lugar lejos de su país y su continente, ahora te quieren vender la moto y cantarte la milonga bananera de que un soldado no solo es un soldado.

¡¡Pues claro que no!!, un soldado no es solo un soldado. Un soldado es un militar, es un patriota, es un español, es una persona, es una cabeza pensante que decidió meterse donde se metió, porque hay que recordar que esto ya no es como era.

Se acabaron las milis, se acabaron las listas de los reclutas, se acabaron los quintos, se acabo el paseo vestido de bonito en fines de semana, se acabo pasar las vacaciones y los días de fiesta lejos de tus familiares, se acabo la guasa de las taquillas, se acabo el ejercito como debiera de ser.

Ahora, gracias al enorme "cariño" que nuestra sociedad actual le tiene al ejercito español, no tenemos ni para gasolina para los desfiles. No tenemos un Ministro del Ejercito, con carácter militar en vez de político. No tenemos quien nos cuente las "batallitas del abuelo", porque ahora se encarga Pepe Blanco de hacerlo o en su defecto alguna princesita de disney venida a menos, como María "Tersa" Fernández de la Vega. Y oye, que nos quedamos tal cual. Tan anchos y tan panchos. Como si nada. Aparecen todas las tardes en nuestros hogares a la hora del "telediario" y nos sueltan sus patochadas... y claro, así vamos como vamos.

Después la noche televisiba ya remata la jornada. Debates con una pandilla, que si unos no se yo, los otros me da que sí. Programación para besugos, y diálogos para no entender ni una, porque no se dialoga. Y fútbol... "muncho fútbol mi arma"... el opio del pueblo. Y nada, nosotros contentos y ellos partiéndose la colgante, la misma que yo calzo un tercio mas abajo de la cicatriz que me dejo el haber estado en el vientre de mi madre. Esto es ahora mismo España, y esto es lo que nos queda para rato, porque me da a mi que mucho cambia la "oposición" o lo que pueda quedar de ella tras el varapalo del caso "Gürtel" o nos vemos abocados a que sigan las niñas de Zapatero sigan posando para la posteridad ante altos dignatarios y personalidades de la farándula política internacional.

Y ante esto, el Ejercito ahora se ha convertido en el último reducto para ser mileurista. Pero eso sí, con una condición añadida. Y que no se le olvide a nadie de los que suban en el camión de reclutamiento, ahora llamado de información. Te pueden matar. Tenganlo todos muy claro. A la guerra no se juega. No es un "trabajo cualquiera". Al igual que el panadero amasa pan, el carnicero despieza una res, el florista prepara un centro, el conductor del cuatro se pega ocho horas sentado sobre un rosco que aplaque sus hemorroides, el funcionario dice trabajar, el profesor intenta ser escuchado y librarse de una bofetada de un alumno de los de ahora o de alguno de los padres o familiares del alumno, el cura sigue dando misa, el kioskero vende pipas y el mecánico arregla coches, el soldado esta dispuesto a morir o a matar.

Y no hay que darle mas vuelta de hoja, porque no tiene más. Que es una desgracia que pasen estas cosas, pues seguramente que sí. Pero hay que recordar que siempre ha habido soldados, siempre ha existido el ejercito, siempre hemos tenido que defendernos y en muchas ocasiones atacar primero.

Esto es así y forma parte del ser humano, desde los principios de los tiempos. No he conocido a pueblo que no se levantase en alguna ocasión. No he conocido país sin fronteras que defender, o nación si soldados que la defiendan. Pero ahora las cosas son distintas. "Semos Pofesionales", y no se porqué extraña razón, no puede morir soldado alguno. Claro está que no debiese de morir nadie, y que el Señor Todopoderoso ya se encargará de acoger en su Reino a quien muera en el cumplimiento del deber.

Pero ahora las muertes de nuestros soldados son muchísimo más politizadas que nunca. Hace unos meses, se supo del recorte general de gastos para las Fuerzas Armadas. Siguen nuestros contingentes con vehículos desprovistos de inhibidores de frecuencia con los que librarse de un atentado con bomba, mientras los nuevos vehículos que si los llevan se pasean por la madrileña castellana para que todo el mundo en España viese que tenemos la solución, cuando la solución pasa porque ya debiesen de estar desplegados en Líbano o en Afganistán.

Lo mismo paso con el Yakolev, el famoso YAK-42, en el que 62 militares españoles perdieron la vida de una manera vil y canalla, por no ser transportados por aviones en condiciones y con unas mínimas medidas de seguridad. No se le olvide a nadie que esos soldados son nuestros soldados.

Noventa bajas en Afganistán, donde se supone que estamos de "hermanitas de la caridad" realizando únicamente labores humanitarias y de control. Esto es mentira, y esa es la gran mentira que nos cuentan todos los días. Nunca un soldado se apostará detrás de una trinchera para esperar que le regalen una sonrisa o le den un caramelo. Todos los días, o día si y día no, reciben fuego de mortero, les disparan insurgentes que los asaltan en los caminos y que después se refugian en sus colinas y cuevas, las cuales ellos conocen como nadie, pues los afganos siempre las han utilizado.

Los afganos, que a nadie se le olvide, le dieron a los rusos en el cielo de la boca, y ahora hacen lo mismo con americanos y europeos, incluidos nuestros soldados. Mal día escogió Pepe Blanco, para decir que el Desfile de Nuestras Fuerzas Armadas es un "coñazo"...

Que se lo explique a los familiares de victimas caídas en combate o en el cumplimiento de su deber. Que se lo explique a la madre del Cabo del Ejercito de Tierra "Cristo Ancor Cabello Santana". Que se lo explique a cada una de las familias de los 90 soldados muertos en acto de servicio por misiones relacionadas con la de Afganistán.

Yo se de primera mano, lo que se cuece en Afganistán, porque un compañero de trabajo ha regresado hace bien poco, de su segunda estancia en la zona de conflicto. Reciben fuego de mortero día si y día también. Los amenazan, los señalan con el dedo a una distancia prudencial, mientras gesticulan con el pulgar pegándoselo a la zona del cuello, que los van a matar a todos. Y así un día y otro. Y aquí mientras, hablando de un ejercito que mas bien deberían de cambiar su colorido uniforme caqui, por uno mas bien rosa...

Señores seamos serios... el que quiera ser panadero y amasar pan, que lo haga y el que quiera ser albañil para ganarse la vida que lo haga también. Tan lícito y decente es un trabajo como otro cualquiera, siempre que la persona lo desarrolle dentro de una normalidad que aunque no esté escrita, siempre se ha sabido quien es el honrado y quien no lo es. Pero no nos metamos en el Ejercito Español para ganar mil puñeteros euros, si no es nuestra condición ni nuestra convicción. Lo mismo para las Fuerzas de Seguridad, Guardia Civil y Policías Nacionales y/o autonómicos. No desperdiciemos una vida, haciendo algo que no nos gusta y por lo que no estamos dispuestos a morir, porque jugando de esa forma, creo yo sinceramente que uno lleva mas papeletas predispuestas "a que sí", que "a que no". Esto es como cuando montas, o aprendes mejor dicho, a montar en bicicleta... que vas diciendo veras... veras... veras que torta... veras que me caigo... y acabas cayéndote. Pues esto es igual.

Desde aquí, mi mas sincero apoyo a todos los militares desplegados en las distintas misiones en las que nuestro ejercito está viéndose involucrado, ya sea por Naciones Unidas o ya sea por la OTAN. ¿¿Que mas da??... el caso es que hay que estar, porque cuando nosotros necesitemos ese apoyo militar de los demás aliados, seguramente queramos contar con ellos en nuestro bando. Lo que no se puede es querer un filete muy gordo y muy grande, pero que pese muy poco. Eso no existe.

Que Dios se apiade de las almas de los noventa miembros de las fuerzas armadas muertos en Afganistán, y que alguien con un poco de lucidez, le diga a Pepe Blanco, que si un desfile militar es un coñazo, que no vaya. Directamente que no vaya. Ahora eso sí, que tampoco, el día que no quiera Dios que nuestro ejercito le haga falta, que no se acuerde de el. O mejor aún, espero que nuestras Fuerzas Armadas, si llegado el día se diera, que no se acuerden de "Pepiño Blanco"...

Salud, Fuerza y Honor a nuestro Ejercito, a nuestras Fuerzas Armadas y que Dios los proteja allá donde se encuentre una bandera española. Que eso es otra... ahora la llevan casi todos los equipos de fútbol en sus camisetas. No, si al final todos tendremos un poco de "facha", de patriota, o de simplemente español. Mas allá de los triunfos de nuestra selección de fútbol, de la de basket, o de "Nadal and company"...

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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