Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

sábado, 29 de enero de 2011

La noche...

Para alguien como yo, que se considera ante todo y pese a mucho, una persona optimista, todas las noches en definitiva son hermosas o algo de bueno tienen. A pesar de seguir pensando que la luna no existe. Pese a todo esto, algunas noches son inmortales y eternas. Otras son oscuras y frías, y aun así también son hermosas y bellas a la vez. Hay noches que son serenas y en calma quieta. Muchas de ella nos sentimos abrigados y reconfortados por el cuerpo caliente que duerme o yace a nuestra vera. Otras tantas, nos hemos visto despiertos durante toda la noche y nos dio seguramente el amanecer. Pero hay noches que no se pueden comparar con ningunas otras. Son simplemente noches especiales. Porque así deben de ser, sin más. Y la de anoche así lo fue. Igualá de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros de Nuestro Padre Jesús del Rescate.














Pero la noche de ayer, además de ser la fecha en la que igualaron los "rescataos", fue para mi mucho más que eso. Mucho más que ese pellizco que sientes en el alma cuando tocan tu desnudo cuello para decirte, aquí es donde vas a ir este año y ese sitio será para honrar a Dios sobre tu cerviz. Y es que no se puede explicar cuanto sentí ni de que manera, que el pulgar de nuestro capataz Luis Carlos Oriol, se clavara en el cuello y en la piel de la sangre de mi sangre, para que le dijese por lo bajini, "hijo, eres el ultimo de séptima y ya eres costalero rescatao. Apunta hasta aquí, Selfa"... y es que mi hijo ha igualado siendo el más bajo del séptimo palo, que en esta cuadrilla es la quinta. Impar, por partida doble. Así que mi enhorabuena, hijo mío. Ahora lo demás ya depende tan solo de ti.









Por mi parte, solo decirte "Gracias, Enhorabuena y sobre todo Salud, Fuerza y Honor", para que vayas debajo de El por derecho... y como debe de ser... porque como me djio el bueno de Manolo Lasala el primer año que yo tuve el inmenso honor de acceder a esta cuadrilla, "costalero rescatao un día, costalero rescatao para toda la vida"... y cuanta razón llevaba. Que el Señor de la Magdalena, ese mismo que a mi me quema profundamente en lo más profundo de mi pecho, te lleve por el buen camino, te proteja bajo su paso, y te de muchos años para poder estar debajo de El... así que te veré detrás de mi este año, tu en la quinta y yo en esa cuarta de poder, donde se ancla el tornillo de su peana, y ojalá coincidamos y estemos juntos en alguna chicotá, si el así lo manda. Entonces, y bajo la oscuridad perpetua y mágica que guarda su faldón, nos daremos un abrazo que será tan intenso, como el primero que te di con tan solo unas horas de vida. Que así sea... porque será así, simplemente porque así lo habrá querido El...


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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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