Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

viernes, 16 de noviembre de 2012

Si alguien me emocionó...

Muchas veces, llega la mañana y te sorprende. Nunca sabes que te puede deparar un nuevo día. Llegan las cosas cuando menos te las esperas y de las maneras más diversas e inimaginables. Nunca hay que perder la "esperanza" por mal que te vayan llegando las cosas. Esa "Esperanza" que muchos de mis amigos pintan siempre de verde al llegar Martes Santos al amparo de Santa Ana y Plaza Nueva. No le pierdas la ilusión a la vida, porque la vida llega y te sorprende, quizás siempre cuando más lo necesitas. Y yo no la perdí. Y las cosas llegan, siempre... algunas veces tarde, pero llegan... o llegan cuando te tienen que llegar. En el momento justo, cuando tiene que ser, porque así lo quiere Dios... y así llegó aquella mañana...

Hacía días, como siempre y de costumbre desde hace ya algunos años, asistía a la reunión que los Costaleros del Corpus de Granada realizan en el Palacete de la Quinta. Un año más, deseando entrar en la cuadrilla tres. Quien conozca este blog, o en su defecto, quien me conozco a mi, aunque sea tan solo un poquito, sabrá de mi querencia por los impares mágicos que nos rodean, y sobre todo por el tres. Ese impar perfecto y armónico que con un halo de misterio envuelve mi vida, y la de los que pasean a mi lado... 

Tres. Trinidad. Impar divino y humano que se suma de tres en tres, porque así lo quiso el que lo inventó. Hasta el infinito impar, en el que los besos y los abrazos son siempre de verdad. Jamás di un abrazo de mentira, y jamás dejé un beso en unos labios a los que no quisiese. Y esa impar felicidad que trato siempre de llevar por bandera, por muy mal que me puedan ir las cosas, siempre termina sumando tres... la mía, la tuya, y la de los dos...

Tres, la de Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo. Tres, como la cuadrilla a la que siempre quise pertenecer, y que orgulloso estoy de haber pertenecido en el pasado Jueves De Corpus. Pasear al Señor sobre mi cerviz, Señor sin más título ni distinción que el de ser el Mismo Dios ("áhyh ashr áhyh"... tres palabras impares, la primera vez que se manifestó con su propia voz ante Moisés), ha sido el momento culmen de mi vida costalera. Esa carrera alocada que comienza uno con trece años, también impares, y que me regala chicotás nuevas con treinta y nueve. Trece veces Tres,...

No podía ser de otra manera. Y tampoco pudo ser de cualquiera...

Estuve en aquella reunión, como en años anteriores. Un año que pude entrar por huecos y lista de espera, y yo me encontraba trabajando en Ciudad Real y no pude asistir. Y como siempre pensé y sigo pensando. Ahí hay que estar. Físicamente. En Cuerpo y Alma. Presente. No me valen las llamadas ni los mensajes a terceros. Así que había que seguir, intentándolo año tras año. No faltar a la cita, y así tener más posibilidades de cumplir un sueño, que visto está y a continuación me explico, por mucho que uno quiera, sin "ellos" y si "ellos" no quieren,... nunca será...

Este año, mira por donde, en la Tres, en esa ya bendita cuadrilla y grabada a fuego en mi corazón, palo por palo, solo se quedó un hueco. Uno hueco y tres aspirantes. Solo tres... yo con la suerte que tengo, pensé:¨"seguro que saco el tres"... pero no... saqué el dos... ¿?... sí, aun no me lo explico, jajaja...


Se escribieron tres números en tres papeles... el Uno, el Dos, y el Tres... el que cogiese el papel con el número uno, se haría con aquella plaza... y fui el segundo en coger, y saqué ese dos que me sacudió el pecho con un latigazo, que más de uno debió de notar. En fin... estaba de Dios... solo quedaba alegrarme por el compañero que sacó justo después de mi el número uno, un compañero y costalero de Santa María de la Alhambra, otra que dicho con todos los respetos del mundo (por lo de "otra" de forma cariñosa), llevo incrustada en mi corazón desde hace ya muchos, muchos años...

No obstante, la reunión no podía terminar así. El Capataz, anunció la tremenda noticia de que Manuel Peregrina sería este año el encargado de poner al Señor en la calle, cosa que no hizo más que ahondar encima, la herida ya abierta por el latigazo de aquel macabro concurso... "Madre mía, pa un añito que podía haber cogido plaza en la Cuadrilla Tres, y encima es mi amigo Manué el que tocará el martillo... se puede tener más mala suerte"...- pensé...

En fin, que acabó esa reunión de Costaleros del Corpus, como acaban todas, y que siempre sea así. Al amparo de una cerveza, un vino o una copa, al abrigo de una sonrisa, al soniquete de un chascarrillo costalero, y como deben de acabar las reuniones... siempre con la gente que quieres y que aprecias...

Total, que vuelta a la normalidad de la semana. Y de los días que vinieron después. Y de pronto, una llamada. Esa que te cambia el grado de humedad de los ojos. Esa que te hace balbucear. Esa que te deja sin respiración... me encontraba en Carrefour, porque siempre dicen, que más vale ser precavido, y que nunca se sabe... y estaba en ese centro comercial, comprándome unas zapatillas "lo más blancas posibles" y una camiseta de tirantas "de esas que nunca he llevado y que jamás volveré a llevar, si no es debajo del Señor en mañanas soleadas de Jueves de Corpus"...


Y entonces sonó el teléfono. El Maestro, nos había dicho, que aunque no es normal que pase, y menos en mañanas de Corpus Christi, no había que perderle la cara nunca a estas cosas. Que suele pasar mucho más en la Octava, pero que fuese como fuese, nunca está de más, que uno se acerque con la ropita bajo el brazo, por si acaso. Y así pensé hacerlo... y por eso estaba comprando los avíos para esa posible posibilidad imposible... desde entonces, ya no le temo a la adversidad...

Pero lo que me dejó sin palabras, es que esa llamada fuese de Don José Carvajal Galvez "Pepe Carvajal". Persona entrañable donde las haya, germen y bandera de la Cuadrilla de Costaleros del Corpus y Capataz de Granada, por la gracia de Dios y de su Madre bendita y morena del Alto Realejo... y me llamó con la intención de simplemente decirme: "Mañana, tempranico, te pasas por la igualá. No te lo puedo garantizar, pero tienes posibilidades de pasear el Señor mañana. Así que no te digo más. Vayamos a que después este que me ha llamado hoy, porque no puede dejar el trabajo, al final aparezca. Tu por si acaso, vente por la mañana"... 

Pepe, me dejó mudo. Mudo y temblando. No acerté más que a decirle, que sí, que claro, que como no... que con la ropa en un bolsa, o si me iba ya vestido... y su contestación fue: "Vente vestido,... a poder ser, de blanco"... jajajaja Maestro, arte y figura... hasta la sepultura... esa que aun tiene y debe de tardar. Gloria a tí, Pepe, muchos años... para que podamos disfrutar de tu persona, hasta el fin de los días...

Y así me encontraba yo en esta imagen que esta mañana, el mismo José Carvajal Galvez, me ha dejado a través de facebook. Y que el no se imagina siquiera, lo bien que me ha venido esta misma mañana, después de noches sin dormir, por problemas ajenos a este blog, y que para mí y para los más allegados a mi persona, siempre se quedan...

Y esta instantánea, esta fotografía, en este momento, "El Momento", están resumidos más de 25 años de costalería, de música sacra, de hermano de mis hermanos, y amigo de mis amigos... de buenos y malos momentos debajo de los pasos, y en la misma vida que me llevó hasta ellos... en ese momento, Don José Carvajal Galvez, mi amigo "Pepe Carvajal", me dio la mayor de las alegrías que a un costalero se le pueden dar. Y como siendo él quien es, tampoco me pudo dar la bienvenida a la Cuadrilla Tres, de cualquier manera... y esperó, como solo saben hacer los viejos sabios maestros del martillo y de la trabajadera... con esas hechuras de Capataz que se destilan en las corrías mas complicadas de la propia vida. Y yo, que pude haber tenido oportunidad de haber trabajado bajo sus ordenes allá en Salesianos, mira hoy por donde, por fin se cumplía un sueño. "UN sueño que eran TRES... Costalero del Corpus, Costalero de la Tres, y Costalero de Pepe Carvajal"... 

Y tras terminar de hacer su igualá, y sabiendo que eran 35 los que allí había, me llamó... Y tras terminar y ver que sus palos no estaban completos, pues faltaba uno en un palo para ser 36, treinta y seis que suman nueve y eso es la suma de TRES VECES TRES... entonces me invitó delante de todos, a meterme en medio de la igualá... "Métete ahí en medio, y para el que no te conozca, diles que eres Abuín"...y tras saludar a costaleros ya de peso y que repetían corpus inmaculados de blanco satén, y hablar con ellos, con todos ellos, casi casi que uno por uno... entonces llego "EL MOMENTO"... y se dirigió a mi... 

Primero, como un padre que quiere a sus hijos, por encima de todo. Segundo, como un capataz que sabe lo que se hace y que se toma su tiempo, porque es maestro con guarnición de sabiduría... y tercero e impar, como solo se puede dirigir a los demás, una de las personas que siempre dije que estaban tocadas por una varita, y que eso es palpable a las claras, con tan solo rozar el mismo aire que le haya rozado antes a él.... y sus palabras, sus lágrimas, su emoción al hablarme, con la voz rota y que le salía directa del corazón, sin filtros ni pasar por otros lados más que por su alma, esa que no se me olvidará jamás, me dijo:

"Te tengo todos estos días en la cabeza. Este niño,... este muchacho... y por qué tengo yo a este muchacho metío en el sentío que hasta me despierto por las noches???... este muchacho alguien tiene con el Señor, que le está diciendo que tiene que salir... Y no se muy bien el por qué, pero alguien,... alguien que ya está con EL, y que está siempre contigo, es la que ha hecho que tú estés esta mañana aquí. No me des las gracias a mi, porque esto no es cosa mía. El Señor y quien así haya intercedido, son los culpables de que tú estés esta mañana aquí, en esta cuadrilla, y preparado para pasear al Señor... hinchate Abuín,.. empápate del Señor y jártate, por que El así lo ha querido. Métete ahí en medio de estos hombres, que ya a partir de hoy son tus compañeros. Los costaleros de la Cuadrilla Tres del Corpus... Bendito sea siempre el Señor, y bendito seas tú, por formar ya parte de esta cuadrilla..."

Y esta mañana, me llega este bendito hombre, tras estos meses que ya han pasado desde aquella preciosa mañana de Jueves de Corpus, llega este Capataz, tan grande como bonachón, y me deja esta foto y este mensaje en el Facebook: 

Pepe Carvajal: "para ti costalero, solo tu y alguien del cielo saben porque lo llevaste, mil gracias a quien te quiere tanto desde otro lado"...

Gracias a tí, Pepe. Gracias a ti, eternas... por quererme a mi esa mañana, de la misma manera que me quieren desde "ese otro lado"... y que sepas, que esa ha sido, la mañana costalera más bonita de mi vida...


El Momento... Gracias Pepe... nunca olvidaré tus palabras, tus lágrimas, tu emoción y tu voz que hablaba directa desde el corazón... ese ha sido "El Momento" más bonito y más emocionante de toda mi carrera costalera... carrera de 25 años, que se han visto regalados con lo más hermoso que un costalero puede recibir... ser Costaleros del Corpus... mil gracias a ti, y a esa persona que desde el cielo, viene cuidando de mi y de mis hijos, hasta el día en que nos volvamos a reunir con ella... Gracias, Eternamente agradecido, MAESTRO...

Pd: La cara de mi querido Luis Gallegos, al que admiro y quiero por igual, creo que lo dice todo... y yo, bueno... que más os puedo decir yo???...

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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