Martes Santo... y al caer la noche, Esperanza.
La calle empedrada que da a Plaza Nueva se tiñe de verde para recibir a la Señorita de Santana... la pena que el Señor ha dejado a su paso bajo el peso de la cruz aun tañe en nuestros corazones y entonces... de pronto la magía envuelve las telas de los capillos esperanzos, mientras hombres de bien sobre los pies, pisotean pasquines a favor del aborto y del libertinaje... suena la Madrugá y la calle se ve envuelta en un clamor de corazones ardientes de Esperanza.
De la que solo podemos esperar al llegar el Martes Santo granadino. Las bocas quedan secas, y entre nubes de incienso aparece Ella, la Madre del Señor, acompasada por los bellos sones de una marcha que si no se hubiese inventado y plasmado en pentagrama, estoy seguro que nuestra semana santa aquí y en cualquier sitio no sería la que es.
Valientes y al compás, sin arrugarse ni perderle la cara al palo, con los pies juntos y las puntas parriba, mu pegados unos a otros, y mientras el calor de la fria noche se hace intenso bajo la oscuridad del faldón, así renace en nuestros corazones una vez más la eterna plegaria que nos dejara Risueño al tallarte.
Esperanza, Señora de Granada y del Martes Santo... que sería de nosotros si Tú no estas, al llegar la Madrugá en la calle Elvira.
Entrada dedicada a mi querido Monaguillo y a los que lo acompañaron en tan tremenda chicotá bajo ese pedazo de palio que posee la Señorita de Santana, Madre del Gran Poder y Madre Nuestra, de todos los Granadinos que alguna vez que otra hemos pasado por la puerta de su casa, allá en Plaza Nueva, y antes en San Gil, en plena calle Elvira.
Yo la viví desde fuera y el Monaguillo desde dentro... yo se lo que yo sentí, y no puedo siquiera imaginar lo que él sentiría. Y por eso esta entrada, se la debía... ya lo hablamos en su día, y seguro que con el tiempo, esta entrada tendrá su contestación en un coqueto convento, que hace las delicias de algunos de nosotros. El Convento del Monaguillo. ¿¿Donde si no??
Gracias Christi. Yo ahi la suerte que tengo es simplemente la de ser uno más. Ahi lo importante es el grupo que debajo va sintiéndose parte de Ella.
ResponderEliminarUn abrazo, artista.
De nada Monaguillo, y lo sé, como también se el nombre o los apellidos de muchos que van debajo de ese completísimo paso de palio granadino. Lo que pasa es que no es plan de nombrarlos a todos, porque siempre se te termina escapando alguno y no es esa mi intención. Pero sabe usted que ya hablamos de esta chicotá y de su mas que posible entrada, al menos en mi blog y que seguramente, tal como hablamos en cierta ocasión, tenga su respuesta en el suyo, la cual seguiré esperando como agua de mayo. Siempre suyo, a la bin y a la ban... Christi Passio.
ResponderEliminarAdemas ayer no sabia de que escribir, ¡¡es broma!!
Y como ya tengo varios momentos en los que siempre es mejor callarse, preferí hablar, o lo que es lo mismo escribir, porque escribo conforme pienso, y tecleo conforme hablo con mi corazón y mi alma. Y para callarse ya tengo varios momentos.
Y me callo, cuando llega el Silencio, ya sea el Cristo de la Misericordia o su guión.
Cuando levanta el Rescate por primera vez en su templo antes de enfilar la puerta.
Cuando descienden a mi bendito cristo redentor para una semana santa mas.
Cuando pasa ante mi la Custodia en jueves de Corpus.
Cuando me pongo frente por frente de los ojos del Mayor Dolor y de la Salud del alma mía
Cuando a solas en su rincón hablo con el corazón con mi Madre Salesiana y como no...
Cuando suena la Madrugá...