El porque del veintisiete. Es un número que bueno, ahí está. Entre el veintiséis, y el veintiocho, que seguramente para los artistas y graciosos tengan seguro ambos una buena rima. Pero, ¿y el veintisiete?... ¿es algo más que un simple número? Podíamos tener meses de 27 días, pero no. También podíamos haber partido el día en 27 horas, pero tampoco. Pero nada, el veintisiete como poco es un número raro.
Dicen del Señor, que Jesús de Nazaret fue un hombre incomprendido en su tiempo. Unos dice que fue un revolucionario, otros que un visionario y muchos que un falso profeta, poco menos que un loco. Un hombre adelantado a su tiempo, con un concepto integro de que la Verdad y el Amor por los demás es lo único capaz de mover al mundo. Así lo demostró en innumerables ocasiones, contándole al pueblo, lo que Dios realmente quería y esperaba de ellos. Pocos lo entendieron entonces y pocos seguimos sin entenderlo aun hoy en día, y metámonos todos.
Muchas veces, hasta sus propios discípulos quedaban contrariados después de escuchar las palabras del nazareno. Otras veces, literalmente ni lo entendían. Entre otras cosas porque realizaba acciones extraordinarias y fuera del alcance de cualquier mente humana. Prodigios de la naturaleza, que muchos tacharon de brujería, de magia maligna, de hechos dignos de un embaucador o encantador de serpientes. Hoy os voy ha recordar algunos de ellos, y ustedes mismos saquen sus propias conclusiones. A mi no me hace falta la verdad, porque mi fe en El y mi absoluta certeza de que estuvo entre nosotros y realizo lo que a continuación os detallo, es fuerte y firme.
Pero como siempre queda alguien que por los motivos que sea, muchas veces esos mismos motivos derivados de las situaciones que nos depara la misma vida, duda o su fe se tambalea, o simplemente deja de creer porque su fe no es lo que realmente uno quiere creer que se es o se tiene, hoy os dejo con este pequeño listado de cosas fantásticas y extraordinarias que realizo el Señor mientras estuvo impartiendo Magisterio Eterno y Celestial.
Según Los Evangelios (no confundirse con Los Avangelios) Jesús durante su ministerio realizó varios "milagros". Entre todas las curaciones milagrosas obradas por el Rabí, suman catorce, entre los que se encuentran por citar algunos, sanar a la suegra de Pedro en su casa de Cafarnaum (Mc 1,29-31), a un ciego en Betsaida (Mc 8,22-26) o al famoso ciego de nacimiento al que curó untandolo con lodo y saliva, y le ordenó lavarse en la piscina de Siloé (Jn 9,1-12)
Exorcismos o expulsiones de espíritus impuros son cinco, entre ellas por ejemplo a uno en la región de Gerasa. Resurrecciones cuenta con tres, entre ellas la archiconocida de Lazaro o la simbólica resurrección del hijo de la viuda de Naín. Las tres se detallan en los evangelios.
Fenómenos naturales cuenta con dos, como andar sobre las aguas o calmar las tempestades. Y signos extraordinarios, de acusado sentido simbólico, cuenta con tres, entre ellos la multiplicación de los panes y los peces, que encima es el único milagro atribuido al Mesías que es registrado por todos los evangelios, o las bodas de Caná, donde convirtió el agua en vino. Todos estos hechos están recogidos en los evangelios como os decía anteriormente.
Sumados todos ellos dan veintisiete. A primera vista, pues no tiene nada de especial que sumen 27. Pero si rascamos un poquito y sabemos "ver", nos daremos cuenta de que por ejemplo, el alfabeto español cuenta con 27 letras. O que ahora mismo Europa cuenta con 27 estados. Pero vayamos mas allá, y sigamos indagando.
Si sumamos sus dos cifras en las que se descompone, dos mas siete suman Nueve. Y el Nueve es considerado por los Hebreos como símbolo de la Verdad, y paso obligado hacia la sabiduría suprema. Y Jesús era hebreo, y mas cerca de la verdad y de la sabiduría suprema que El, no hemos estado ninguno de los mortales. Y también, normalmente nosotros los humanos necesitamos nueve meses para formarnos dentro del vientre materno y nacer. Pero sigamos con el Veintisiete porque la cosa se pone interesante.
Veintisiete es el cubo de tres, y tres son Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Triada, la Santísima Trinidad. El Tres, no es un simple número, pues a las tres de la tarde murió Nuestro Señor Jesucristo. Y tres personajes muy queridos por El Señor se encontraban, según los evangelios, al pie de la cruz cuando se produjo la expiración y muerte del Cristo. María, Madre de Jesús, Juan su discípulo amado y el más joven del grupo, y María Magdalena. Es más, María Magdalena nació en el año tres de nuestra era. Y no solo eso, San Pablo también nació en el año tres de Nuestro Señor. Además, tres por tres resultan ser nueve. Con lo cual, tres, nueve y veintisiete están relacionados directamente entre ellos mismos.
Como ven, el tres es un número importante, como lo es el nueve y porque no también el veintisiete. Con estos razones y estas cabalas que os escribo vuela pluma como dice un artista de los blogs , creo que son motivos más que suficientes, para que todos ustedes que han leído hasta aquí, sigan creyendo firmemente en el legado que Jesús nos dejo a los hombres.
Espero sinceramente que esta entrada, haya sido de vuestro agrado, porque el fin no es ver las cabalas numerísticas que me acabo de sacar de la manga conforme iba escribiendolas, accediendo de vez en cuando a internet para buscar información sobre estos números. Son ciertas, pero jamás las había visto ni leído juntas. Ha sido simplemente un ejercicio de improvisación, y porque no decirlo, una manera más, simplemente una más de hablar de Jesús. Esta mañana creo que lo necesitaba y así lo he hecho. Y estoy seguro, que entre las diversas frases que yo he ido escribiendo y ustedes están ahora mismo, en este preciso instante están leyendo, todos nos hemos acordado de ese Jesús que habitó entre nosotros, y que por todos nosotros sufrió escarnio y muerte.
Los cofrades, en incontables e innumerables ocasiones, solamente nos acordamos del Señor, ajusticiado y malherido, muerto en su cruz o a punto de expirar. Y solo vemos misterios inimaginables o no vistos aun y algunos ya ejecutados por las manos de gubias con un don celestial, porque tenemos esta "deformación profesional" de lo que es ser cofrade, que nos olvidamos que por delante está el ser cristianos. Nadie es perfecto, y yo el primero de ustedes.
Pero, ¿cuantas veces lo vemos ataviado con una simple túnica de lino?, ¿cuantas veces lo imaginamos andando por esos caminos de tierra, con una zancada difícil de seguir y una amplia y fresca sonrisa?, ¿cuantas veces lo vemos impartiendo magisterio con su sabiduría eterna y compleja?, ¿cuantas veces pensamos que nos hubiese gustado tan solo el mero hecho de oír su voz?
Si con esta entrada, he conseguido que alguien vea al Nazareno, fuera de toda pasión, me daré por satisfecho y si alguno se ha quedado con ganas aquí le dejo el Salmo 27 que si lo leen ustedes se darán cuenta de porqué les estoy hablando de estas cosas esta mañana.
Sean felices, y no teman a nadie. El Señor los proteje. Y compren un cupón terminado en 27. O en 3, o quizas esta noche salga el 9. Quien sabe, ¿no?...
Pd: ¿¿alguien ha oído hablar de la Generación del Veintisiete??
No hay comentarios:
Publicar un comentario