Todos tenemos un pasado... y el mío se me ha pasado volando...
Y este, es parte del mío... mi Barrio, mi Colegio, mi Hermandad, mi Escudo, mis Titulares, mi Cristo de la Redención y mi Virgen de la Salud, mis primeros ensayos, mis primeras chicotás, mis toldos a la intemperie y las noches en vela junto a ustedes dos...
Mis primeras zapatillas de esparto y mi primera faja negra, mis vaqueros roídos y remangados, mi camiseta blanca con el escudo en el corazón, mi cuadrilla de hermanos costaleros al compás de la marcha de Abel Moreno Gómez, mi parihuela metálica pintada de azul, mis faldones azules y lisos, mi manto adamascado, las caídas de tu palio en terciopelo recién cortado, y tu saya bordada y regalada por la que hoy es madre de mis dos hijos...
Tu calvario inmenso y repleto de clavel rojo, con sus cuatro hachones iluminando la oscuridad del mundo y del que ya pocos se acuerdan, el respiradero de mi Virgen pintado en purpurina plateada a muñequilla, en largas horas en la Casa de Hermandad frente a las monjitas para llevarte en volandas a Granada, mis primeras estaciones de penitencia, y ese olor a madera que jamás olvidaré, Madre, cortada de la cuña de Tu cuello y de Tu cintura, las veces que os vi y os lo dije todo,... y las que no os dije nada...
Mis recuerdos de toda una vida... al amparo vuestro, siempre buscando refugio en Ti, Salud del alma mía, secándote las gotas de lluvia después de un Vía-Crucis pasado por agua, sacándole brillo de tu Corona Real y a tus mariquillas verde esmeralda, siempre pegado a tu querencia infinita y eterna por los míos, a los que colmas de salud día a día... y que te esperamos hasta el final de nuestros días, como Corredentora de los Hombres...
1986-2010... ya ha llovido, y aun así... esto no hay quien lo borre...
Salud, Fuerza y Honor... un inmenso honor...
Hace muchos años debatíamos lo que le estaba sucediendo a una Hermandad de Granada, que atravesaba una de sus peores épocas y sobre la que pesó una dolosa sanción que es mejor no traer a colación. A renglón seguido, uno de los que formábamos parte del debate, dijo que este tipo de cosas no pasan en Hermandades con historia, con prosapia, donde un hermano siente devoción a unas Imágenes porque es la mejor herencia que recibió de sus padres, como estos de los suyos, y muy probablemente, los suyos de los anteriores, de suerte que cuatro (o más) generaciones se habían postrado a los pies de las mismas devociones.
ResponderEliminarA veces no hacen falta 100 años, pero sí los suficientes (y en tu caso 25, probablemente 26, son más que suficientes) para que se despierten estos sentimientos. Yo estoy convencido que cuando uno es hermano de una Institución de este tipo movido por la devoción y sólo por la devoción, experimenta tal respeto y tal apego que no hará un mínimo movimiento por perjudicar a la Hermandad.
Tus hijos, seguro, paladearán cada momento de su Cofradía Salesiana porque lo han visto en su padre. Y cuando pasen unos años (por desgracia no tantos, que el tiempo vuela) y tengan que remangarse y tomar parte activa, lo harán con un respeto difícil de medir... Porque es su pasado, y el pasado de su padre... Y ojalá llegue el día en esta Granada nuestra que las cosas que a finales del siglo XX tuvimos que vivir, las sanciones que nos tuvimos que comer y los dimes y los diretes que hubimos de torear, no pasen más, porque sabremos que todos, todos, tenemos un pasado y la memoria merece un respeto.
Coño, David.. siempre me haces la misma faena y se me terminan de saltar las putas lágrimas, esas que no muestro en publico por no darles el gusto a más de uno... los Avangelios, y mil gracias.. de los comentarios máss bonitos y más tremendos que me he podido encontrar en mi blog, y encima en fechas como estás, en las que siempre nos hacen falta... mucha falta... y es que mi este puñetero mes me reparte día si y día no, una carga pesada y difícil de soportar, cuando debían de ser días para todo lo contrario... maldito diciembre...
ResponderEliminarSe te quiere, y se te aprecia, no sabes cuanto... no lo sabes bien...