Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

lunes, 27 de enero de 2014

Si hay días bonitos...


Si hay días bonitos... el de ayer lo fue mucho más... y con esa carita, nos íbamos a la igualá de Salesianos


Un padre, teniendo la dicha y la inmensa fortuna, de igualar bajo el palio de sus amores, el de toda una vida por muchos años que no haya salido bajo el, y hacer la igualá con sus dos hijos. Uno de ellos, Francisco, lleva ya hechuras costaleras desde que saliese de cuna, y no lo digo yo... lo dicen allí donde ha trabajado, mal que les pese a unos cuantos. Sin duda, es mejor que yo... y el otro, Jesús, bueno,... el otro es la sal y la pimienta de mi casa,... y sus ganas y el amor que tiene por todo lo que hace, lo pondrán en el camino correcto. De eso estoy más que seguro...


Hace años, muchos (aún salía el palio salesiano a hombros), tuve la inmensa fortuna de darle el relevo a mi hijo mayor, en la tarde de un jueves santo que nunca se nos olvidará. Años más tarde, y aunque él se empeñaba en sacar nada más que palios, (de hecho, el quería sacar Las Maravillas junto a su padre, pero por diversos motivos, no pudo ser así), y accedió a regalarme una de las mejores chicotás que he disfrutado en mi vida, debajo del Señor... Jesús del Rescate... 


Y eso fue un regalo. Regalo, que aquella dama lastrada y disfrazada de envidia, nunca pudo ni podra borrar, y chicotá de recogía que ya nadie podrá quitarnos jamás... pues echá está desde aquel Lunes bendito y sacrosanto... y además, en el recuerdo quedó grabada para siempre. Sentir esa mano por encima de mi cabeza, agarrarla, y andar juntos esos metros impares e infinitos, bien pegaditos los dos en el costero derecho del Señor de la Magdalena, fue una de las mejores y más grandes experiencias de todas cuantas yo haya podido vivir debajo de un paso... una triada impar, que desde entonces me falta... Rescate, mi hijo y yo... tres. Impar...


Triada que a pesar de todo, sigue firme y unida, pese a la adversidad que muchas veces nos depara esta vida, que es por suerte, la que nos ha tocado vivir. Pero ahí seguimos, echándole un pulso siempre a lo que tenga que venir. Y ayer, fecha que ya quedará también guardada en mi memoria para siempre, domingo día 26 de enero de 2014, mi hijo pequeño, Jesús (cuchi que curioso, que tenga mi niño el mismo nombre que el Hijo de la Salud), igualó por fin en el palio de su cofradía. Los Salesianos...


Que bonito, igualar siempre en ese Palio azul bendito de la Madre que nos colma de Salud a todos... en la hermandad de su padre. El que vuelve, por que nunca se va del todo. El palio de su familia. La de Siempre... donde él ya ha salido de aguaor y de nazareno. De hermano, que se enfunda la túnica y el capillo, para acompañar a su cofradía. De Cofrade. Por la que respira y se siente feliz. Y ya tocaba... recién cumplida la mayoría de edad el pasado 22 de enero, este ha sido para él, uno de los mejores regalos. Pero él no sabe aún, que el regalo nos lo ha hecho a mi y a su hermano. Muchas gracias a ti, hijo mío, por el tremendo regalo de tu sonrisa diaria, y por este presente con el que nos alegras la vida, envuelto en faja y costal...


Ya os puedo decir, que el hecho de poder igualar con tus dos hijos varones, bajo el mismo palio azul, no tiene precio. Si ya con el primero, con Francisco, parecieron reventar todas las tapaeras de los sentíos, la mañana de ayer pasé incluso más nervios que en aquella ocasión. Será por que es el chico. Será por que es el segundo. Será por que sé que él lo ha estado esperando con ansia, fe y mucha, muchísima ilusión... y es que es algo difícil de explicar todo lo que yo sentí ayer por la mañana, al verlo en esa fila mientras igualaba... 


Mientras le ponían por primera vez el dedo en la marca que lo catapulta hacía la costalería salesiana y zaidinera, de donde tantos y tan buenos costaleros han salido..., yo tan solo te puedo decir, hijo mío, que aquí tienes el costal de tu padre, siempre listo para llevarte donde haga falta, por derecho... ahora te toca caminar bajo los pasos a ti... y determinar, donde, con quien, y de que manera encauzarás "tu vida costalera",... donde vayas, no te valdrá tan solo con ser "el hijo del Abuín"... pues eso no me vale tan siquiera ni a mi... 


Tendrás que ganarte tu sitio a pulso "y sin aliviar", lo mismo que se lo ha ganado tu hermano. Que aun negándoselo, deberían de preguntar muchos, por otros mundos costaleros, que tal le va, como es, quien es, y hasta donde llegará... jamás hablaré yo de él. Por que ya habla el solo, alto y claro... y habla, sin abrir la boca. Por eso es mejor que yo, y siempre lo será...


Mi único consejo, Jesús, es que seas siempre tu mismo. Sigue siendo tan humilde como ya eres. Haciendo lo que desees, por que para eso eres libre. Igualando donde quieras, como ya hiciste tu por ti mismo y sin que nadie te empujase jamás a ello, en María Auxiliadora para tu colegio. Sigue aprendiendo siempre, como lo haces a diario, con esos ojazos abiertos de par en par, y que todo lo captan. Sigue siendo esponja, empapándote ahora de la querencia a los palos, sintiendo que eres parte de todo este mundo, y dejando siempre lo mejor de ti mismo, allá donde vayas... 


Sea cual sea tu destino, que yo se de algunos que te rondan la cabeza y te dan de lleno en el corazón, yo te apoyaré, siempre. Pero sea cual sea, vayas donde vayas, aprieta siempre los dientes, tira del palo "parriba" y empuja fuerte hacía delante. Estate siempre atento a lo que se mande... y que El y Ella, se sientan orgullosos de ti, que yo ya sé que lo están... pero ahora te toca sentir a ti la sensación de ser sus pies, y vivir junto a tu hermano y tu padre, la devoción elevada a su máxima expresión, en tardes azules de jueves santos... y empezar a volar a partir de ese momento, por libre, para hacerte grande. Aún más... mucho más...


Y por todo esto que ya te he dicho, y por sentirme tal y como me siento ahora mismo, ni tengo ni me quedan ya más palabras para continuar esta entrada. Y siendo franco y yendo como siempre, de frente y a la verdad, he de decir ahora mismo, que las lágrimas lo inundan todo, y no me dejan ver siquiera la pantalla, ni el teclado. No me da vergüenza admitir ni reconocer, que así es. Dicen que los hombres no lloran,... que gran mentira os contaron... yo lloro, muchísimo, y más cuando me emociono con estas y con otras cosas. Y también he llorado de rabia y de impotencia. Y de amor, mucho amor, tanto que se me sale por los ojos. El corazón siempre me ha podido más que la cabeza, y me considero un ser racial y pasional, no se si a partes iguales. Mi condición de Tauro, lo mismo no ayuda... o sí. Y esta mañana lloro. Y lo hago y mucho, con tan solo pensar en los ensayos que están por venir, en los momentos que me quedan por ir añadiendo al diario de a bordo de esta vida costalera, y a la espera de esa jornada salesiana de jueves santo, cuando tenga la oportunidad y la dicha de compartir chicotá contigo debajo el paso donde eché los dientes,.. y lo haga con mis dos hijos, tú y tu hermano, empujando al mismo son. Un solo corazón, un solo compás, una sola alma, y un solo andar... impar... 


Solo me queda para mi pequeño, darle las gracias. A él, y a su hermano,... y a Ellos... Redención del que va muerto por amor en su cruz, y que nos perdona todos los pecados del mundo. Y la que nos colma de Salud, para poder vivir momentos como el de ayer, y como los que están por llegar... solo Gracias!!!... dar siempre las gracias... 


Y a mi hijo, a mi Jesús, desearle mucha, mucha, mucha Salud... toda la Salud del mundo, para afrontar los años que le queden por delante, para estar bajo los pasos. Y decirle, que aquí me tiene, como siempre, para todo lo que le haga falta... y que tiene a su disposición mi costal, mis pies y mis manos, mi aliento, mis años, mi fuerza, mi experiencia, mi amor incondicional... y mi fe, depositada en él, desde que vino a este mundo, para ser los pies de María Santísima de la Salud... (eso era algo que tenía muy claro, y que gracias a Ella me ha tocado vivir)... 


Así que esperaré con impaciencia y alegría, que llegue semana santa, para bebernos los tres sus lágrimas, y para poder darte el abrazo más grande que te puedan dar, y esperar el momento en que tu hermano, te bendiga bajo un paso, enseñándote todo lo bueno que hay bajo la oscuridad de un faldón, y librándote de todo lo malo, que también lo hay, y mucho, por desgracia... 


Pero si que te digo una cosa, Jesús... la ultima... y una cosa que quiero que te quede siempre clara. Si quieres aprender de costalería y de costaleros, mejor será que le preguntes a tu hermano,... que ese ya sabe más que yo...


Siempre Salud. Siempre Redención. Benditos son los que colman de alegrías mi casa, y a los que en ella moran, habitan y viven junto a mi, esta "passion"... y gracias, muchas gracias... (hacía tiempo que quería daros las gracias, a mi Padre Redentor y mi Madre de la Salud... y hoy es un buen día para hacerlo)


Pd: entrada dedicada a mis hijos, costaleros ya ambos dos... que por ellos dos empezó todo y por ellos y para ellos siempre será mi "passión". La Más Incondicional de todas y cada una de mis Passiones... la que tengo por ellos dos... ellos son mi impar... dos... que conmigo suman tres... impar y eterna triada, por naturaleza propia...

Pd2 : Jesús y su primera salida como costalero... aquí

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