48.167, 60 euros, es lo que costará este año el montaje músico y pirotecnico que acompaña todos los años el paso de La Virgen de la Antigua, a bordo de sus barcos, cuando atraviesan el Peñon del Santo en su travesía desde San Cristobal hasta Puerta del Mar... 48.167,60 euros, o lo que es lo mismo y en Almuñecar, un montón de jeuro. Pero bien merece la pena, no??...
Llevo muchos años sin bajar en estas fechas a la que fue, ha sido, y será siempre mi segunda casa, mi lugar donde soñar y volver al pasado nada más pisar sus arenas o piedrecitas. Localidad donde aprendí los valores que una viejecita me fue dando a mamar desde bien chico. Esas interminables horas de recreo y juego en el colegio de la Antigua. Esos paseos entre los arcos que daban a la plaza del Ayuntamiento de la mano de mi abuela. Esas carreras por llegar a los Montecarlo para jugar a las maquinitas. Esos días en los que irse a jugar al fútbol al barrio de San Sebastian. Esas mañanas de mercado y olor a pescado recien sacado de la mar. Esos días que sin el permiso de la abuela te marchabas a Velilla... (que te he dicho que no te vayas tan lejos a bañarte)... jajajaja.. abuela, te he dicho que te quiero... sí, no??... sigo...
Esos días de playa junto a la Ponderosa viendo como el mar se comía la playa de el Altillo día si, y día también. Esos cañizos que nos encontrábamos por las mañanas de las mareas de la noche anterior. Esas noches de fiesta sin que fueran fiestas locales, pues todas las noches eran una fiesta a su lado. ¿¿Quieres un fanta??.. ¿¿bajo al Antonio Iglesias y te compro jamón york para hacértelo a la plancha??... ¿¿que quiere mi niño esta noche??...
Y las semanas santas que viví y contemplé de su mano. Aun recuerdo con muchísimo cariño el día que me vio tocar mi trompeta al Señor de la Resurrección en la mañana de Gloria. Se acerco a mi, y les decía a las vecinas... este es mi nieto, que está de músico en una banda... jajajaja, como apretaba mi mano y me quería sacar de la formación, a lo que Pepe Ripoll solo pudo asentir con la cabeza... que años hace ya de esos momentos... que siempre guardaré en mi memoria, a no ser que un alemán, un tal Alzheimer, venga para llevárselos consigo...
Y los veranos enteros en casa de mi abuela. Las fiestas de la Antigua. Aun recuerdo las primeras veces que de su mano fui a contemplar el castillo. Por descontado que no era lo que hoy en día es. Pero una de dos. O yo era muy chico... o a mi me impresionaban mucho los cohetes, pues parecían no acabar... claro está que eran otros años, y no había la masificación que nos podemos encontrar en estas fechas. Aun así, el pueblo estaba a reventar de forasteros (así llamaba mi abuela a la gente de "afuera") y los propios almuñequeros (hay que ver, con lo bonita que es la palabra "sexitano"). Y recuerdo una estampa y una conversación que jamás olvidaré en mi vida.
Era ya tarde noche y la Virgen estaba llegando ya a Puerta del Mar. Ella, se acercó conmigo a las viejas barandillas de hormigón que algunos recordarán, con ese suelo en formas abstractas y de colores que eran las siluetas que predominaban en aquel Paseo del Altillo. Me llevó hasta la primera fila, y a un señor ya bastante mayor y de pelo blanco, ataviado con su gorro y sus zapatillas de rejilla, con la piel curtida y arrugada por el sol y la sal de la mar, y que también era oriundo del pueblo, le dijo: ¿¿Puede usted dejar a mi nieto, que quiere ver los cohetes??.. el Señor, asintió, y me dejo que pasara justo delante de el. Yo creo que el espectáculo del paso de las barcas entre los peñones lo veía perfectamente entre el segundo y el tercer barral de hormigón que hacían la función de barandilla. Y de pronto, empezó el Castillo de fuegos artificiales en honor a la Patrona de Almuñecar. Mi abuela se asustó, y le preguntó al Señor mayor.... ¿¿y mi nieto, esta bien?... a lo que contestó este buen hombre. "Señora, el niño está más a gusto, que un marrano en un charco"... jajajaja, y llevaba toda la razón este buen hombre. Mis ojos chisporroteaban felicidad y admiración por ver lo que estaba viendo y desde donde lo estaba viendo... esa noche, me sentí verdaderamente privilegiado por estar donde estaba. Era un niño, pero esa noche era "el niño más feliz del mundo, y el niño que estaba más a gusto que un marrano en un charco"...
Claro está, que aquella frase ha dado mucho que hablar en estos ya más de treinta años, y que aunque sale más de una vez al año en alguna que otra conversación sobre nuestras vivencias en la calle Sevilla, numero 1, Primero B, junto al colegio de la Antigua y en plena Avenida de Andalucía y luego ya más tarde en la Noria en plena playa de San Cristobal, nunca la echamos en el olvido. Pero es al llegar estas fechas cuando más nos acordamos de ella... de mi abuela me acuerdo todos los días, os estaba hablando de la frase...
Y que queréis que os diga... Gracias al Señor, y gracias a la Virgen de la Antigua, porque yo si creo que esos 48.167,60 están más que bien empleados. Aunque mi abuela diría que es un "despilfarre", y que seguramente sea culpa del "Benavide". Esos dineros bien empleados están, pues son un homenaje a la Virgen, a la ciudad, al hombre mayor del pelo blanco, y a mi abuela... y porque no decirlo... a todos los que disfrutamos de esta bella localidad granadina durante el resto del año.
Felices Fiestas.. y que ustedes que lo puedan disfrutar, bajen a Almuñecar el día 15 y procuren estar y pasarlo, "más a gusto que un marrano en un charco"...
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