Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

viernes, 23 de julio de 2010

Y con los tiempos... los recuerdos que no se olvidan...


Hoy es viernes, y me he levantado con cierta añoranza. Con un montón de recuerdos que en estos días de calor se agolpan en mi mente y hierven como las calles a pleno sol. Hoy me acordé de Ti, Señor. Y te recordé al compás de los sones de agrupación musical bajando la cuesta. Recordé los rayos del lorenzo pegándonos de lleno en nuestras caras, y mis primeras gafas de sol. Repasé todas y cada una de las partituras que mi bolsillo escondía, mas bien mi memoria. Eran otros tiempos, eran otras marchas, pero era sin duda la misma oración interpretada al cielo de Granada, para el que acababa de morir esa misma tarde, muy cerquita de donde salía en procesión aquel atardecer.

Repasé esta mañana Señor, todas las marchas que te pude interpretar mientras la banda a la que pertenecía y que todo el mundo conocía en Granada como "La Ripoll" tenía el grandísimo privilegio de acompañarte tras tu paso, para dar testimonio de la Paz soberana de un rostro inerte y de un cuerpo desangrado por mi salvación y por la de todos mis compañeros. Alma Mía, Perdona a Tu Pueblo, Creo en Jesús, Cinco Llagas, Oración en el Huerto, Virgen de Araceli, Cristo de los Gitanos, Alma de Dios, Christus Vincit, La Pasión, Padre Nuestro, San Juan Evangelista, Cristo de las Cinco Llagas, Cristo de San Julián, Orando en Montesión y Salud de Montesión, La Saeta, Nazareno y Gitano, Sagradas Vestiduras, Himno de San Antonio, Jesús Despojado, y como no, Cristo de los Favores...


Después me he acordado que durante un periplo de tiempo, han sido los tambores y cornetas los que han puesto los acordes musicales a tu caminar muerto en la Cruz, pero sin duda alguna, ha debido de ser una pesadilla... jajaja... es broma Señor... cuanto también he disfrutado de escuchar tras de tu paso y también con la Ripoll en un principio y después con los sones de Jesús Despojado, marchas como Requiem, Y Tu Estrella, Oración de Gloria, Macarena, Cristo Viejo, Cristo del Amor y cuantos clásicos han interpretado en tu gloria mientras te has paseado por nuestra ciudad en tardes de Viernes Santos.


Yo es que soy mas bien de clásicos... digo yo que será la edad, pero repasando mentalmente mis gustos, siempre en el fondo lo he sido. Interpretar un clásico a un cristo crucificado es de buen gusto y de saber estar. Y ahí lo dejo, no vaya a ser que vengan a darme la del pulpo Paul algunos de estos a los que les gusta una tamborada más que a un tonto un lápiz y una marcha sin pies ni cabeza, pero que no te veas como sube el tío de la corneta... bobadas. Dicen que todo es música, y yo digo que sí, que vale... pero que una cosa es música y otra muy distinta son oraciones escritas en pentagramas de pasión para alabanza y gloria del rey de los Cielos... y de esas no hay muchas... ahora se compone para el pueblo, para los de las aceras, para los que abarrotan recogidas espectaculares en las que las bandas son al parecer lo que manda, y ya no se compone tanto para Dios... para Cristo... por y para quien estamos esa noche a pie de acera, en el cortejo, bajo el faldón de su paso, o con la corneta en los labios y el tambor clavándose en el hombro de tantos y tantos días que ya pasaron...

Y de nuevo, agrupación musical. Normal, lo que es del Cesar al cesar y lo que es de Dios a Dios... ya lo dijiste tu mismo. Este año al recogerme con tu gente, como hacía años que no lo hacía, disfrute una vez más, y a cada levantá, en cada chicotá, el perfume de los sones de la pasión de Linares me devolvieron a otras épocas, a otros viernes santos, ni mejores ni peores...


Otros totalmente distintos y ya tan distantes, que el simple hecho de recordarlos me eriza la piel, y me recuerda que ya no soy aquel niño, de boina y gala negra tintada por mi madre en casa. Aquel niño de pantalón gris marengo y camisa gris de aviación. Aquel niño que tocaba la trompeta y elevaba al cielo sus plegarias hasta que las paletas desencajadas de toda una semana se moviesen a su antojo. Aquel niño ya no está... ¿¿o sí??...


Solo se que este año, mientras caminaba junto a ti, y disfrutaba a la vera de mi hijo, solamente se me ocurrió que en vez de pedirte Favores, y sabes que si yo pudiese te lo haría a Ti, y estaría encantado... y en ello estamos, o al menos se intenta. Así que no es una promesa ni mucho menos, y si un deseo... yo solo te pido un favor, si me lo permites. Manten siempre vivos mis recuerdos, Señor..., porque son también parte de mi. Y yo me mantendré siempre a tu lado...

Señor de los Favores, ruega por nosotros en este nuevo viernes que ve la luz del sol... Amén...

2 comentarios:

  1. Ole, ole y ole. Me ha encantado esta entrada y estoy totalmente de acuerdo contigo. Qué de recuerdos los del pasado Viernes Santo bajo las trabajaderas greñúas, observando a lo lejos a aquel que camina crucificado por su barrio hasta su casa. Los pelos de punta...

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  2. La verdad es que la pequeña bulla que se formó antes justo de entrar a la calle Molinos, y hasta que se disolvió, yo lo pase de escandalo, y se nota la gente cuando va debajo disfrutando y con los kilos arriba... mu medía la mecía, el compás y las chicotás... que gustazo que me llevé el viernes santo... pero es que yo con mi hijo ya venía siguiendo al Greñuo desde Isabel la Católica... y lo mismo hice por la tarde, desde que salió, hasta la esquina de Capitanía, frente al Nazareno... vaya tarde mas buena, y lo que me esperaba...

    Cualquier día me quito el pellizco... ese es otro "favor" que el me tiene que hacer...

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