Y tu serás mi Cruz... porque veinte años no es nada...
Hoy, día de la Cruz en Granada, me he levantado flamenco. Hoy hace veinte años que el que os escribe empezara una relación, aunque la cosa viniese fraguándose tela de tiempo antes... pero bueno, fue un 3 de Mayo de 1990 en el Paseo de los Tristes. Por eso dicen que siempre tengo un puntito de tristeza en los ojos y que con el voy a todos los sitios... Sí. Es verdad, lo reconozco, y es mas ya una seña de identidad que una desgracia, así que no preocuparse por ese halo de tristeza que inunda mis ojos, porque ya es como de la familia. 3 de mayo, Paseo de los Tristes, Tu y yo, y una historia que contar...
Esta relación que empezó al ritmo de cantes regionales y catavinos rebosantes de fino, al compás de las rumbas y las sevillanas corraleras, dentro del orden del desorden publico que eran nuestras cruces allá por 1990, cumple 20 añitos ya. Tu y tus faralaes... yo y mis gilipolleces... Tu y tu pelo negro... yo y mis tonterías... tu y siempre tu... y yo dándote siempre que hacer...
Ha llovido y bastante, tanto como para calarnos hasta los huesos en innumerables ocasiones, pero también es verdad que lo mismo que caían chuzos de punta, las mismas veces o más, salía de pronto un sol cegador que nos secaba las ropas y el pelo, mientras tu te hacías esa colita con la que apartar los mechones de tu cara. Y salía el sol que nos enseñaba la senda del camino seco, sin charcos por los que yo pisar para poder mancharte los volantes de tu vestido. Veinte años de una relación la cual me ha dado personalmente más satisfacciones que quebrantos, amen de dos hijos maravillososo a los que adoro y quiero con locura, paterna seguramente, pero locura al fin y al cabo... veinte años, y parece que fue ayer...
Nunca dijimos ni pensamos que esto fuese a ser un camino de rosas. Al menos yo es que seguramente ni me lo planteé. Y como todo camino de rosas, para bien o para mal, el nuestro también ha tenido nuestras espinas, algunas clavadas con tanta profundidad que la piel tuvo que crecer encima de ellas. Siento todas y cada una de esas espinas por las que te he podido hacer pasar. Pero también ha estado salpicado de rosas desprovistas de pinchazos y al amparo de la fragancia que dejan los buenos momentos...
Veinte años, dicen que no es nada, y tu y yo sabemos que quien piense eso que venga y nos lo cuente a nosotros dos... veinte años es toda una vida, mas de la mitad de la nuestra... ¿¿como resumir veinte años en una entrada??... ¿¿que decirte que ya no sepas o intuyas??... ¿¿que hacer para que este día siga siendo lo que siempre ha sido??... Cierto es que nos casamos un 9 de enero de 1993 al amparo del invierno gelido y granadino y bajo la mirada de la mejor Piedad de Andalucía, en el mejor palacio-monumento que custodia nuestro amor y el de miles de personas más. Santa María de la Alhambra. Pero... ambos dos sabemos que el 3 de mayo siempre es y será especial...
Paseo de los Tristes, que fatalidad... Paseo de los Tristes, que según la historia adquirió su nombre porque los cortejos fúnebres pasaban por aquí, en su camino al camposanto... Paseo de Amores y Desamores, de vida y de muerte... de risas y lagrimas... si mi puntito de tristeza me quedó de aquel 3 de mayo, con el me quiero morir... es una seña más de mi identidad. Y por nada del mundo lo quiero perder... que me dejen con mi puntito de tristeza aferrado en lo más profundo de mi retina...
Y a ti tan solo decirte "que veinte años no es nada"... que siempre es tiempo para empezar a Volver a ese 3 de mayo de 1990... y que si para San Juan de Dios Granada fue su Cruz... para nosotros las Cruces de Granada fueron la nuestra... pero son de claveles, lo que pasa es que siempre hay quien le ponga un pero y unas tijeras... y algunas veces hasta una "pita"... me quedo con los claveles...
Y tu?...
Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno... Son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor...
Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor... La vieja calle donde el eco dijo tuya es su vida, tuyo es su querer, bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia hoy me ven volver...
Volver... con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien... Sentir... que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra. Vivir... con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez...
Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida... Tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos encadenan mi soñar...
Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar... Y aunque el olvido, que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida una esperanza humilde que es toda la fortuna de mi corazón.
Sois grandes los dos, mucho... tanto como para que veinte años no hayan sido nada y lo hayan sido todo. Fíjate, eso es lo bueno. Que cuando los barcos hacen aguas, todo el mundo se va, y hasta el capitán, aunque el último. El que merece que le digan grande, es el que baja a máquinas a tapar la vía de agua y reflota el naviero. ¿Que no?
¿Te acuerdas en ese 2003 aquel pasodoble?
-Pero el tiempo más grande que hay es el del amor si es amor infinito; y yo que lo tengo no lo cambio ni por otro amor ni por un continente. No lo cambio porque no hay...
Sois grandes los dos. Mucho. Tanto como para que dentro de 20 años más, tampoco sean nada, y lo sean todo.
Ufff... David, muchísimas gracias, no sabes cuantas. Aquí estamos otra vez, veinte años después, cielito al pie del cañón... anoche hablábamos y recordábamos ese primer beso en el Paseo de los Tristes, y de los avatares que la vida nos ha ido dando en una mejilla y en la otra. No cambio nada, ni una coma de estos 20 años.
Y te aseguro que no ha sido fácil... hubo una vez que ambos dos naufragamos, nos perdimos, incluso creímos llegar cada uno a islas distintas donde el tiempo pasaba lento y amargo... pero luego resulto ser la misma isla y que ella estaba en el norte y yo en el sur, o viceversa...
Ahora eso si, soy Tauro y quiero lo que tengo y defiendo lo que me cuesta el tenerlo. Y procuro ser Dragón, con su entrega, su nobleza, su corazón, su fuerza y su innata familiaridad. Pero también disfruto siendo Fénix por su paz, su fuego y sus cenizas, por su renacer y su eterna inmortalidad.
Y David, créeme, porque lo que te voy a decir, eso ya lo tengo más que claro y comprobado. Podré querer a mil mujeres, y hacerles el amor de mil maneras distintas. Pero que no amaré a ninguna como a esta, eso también lo se desde hace ya 20 años...
Y es que hay amores que nacen en primavera, hay amores que estallan en carnavales, hay amores malditos pero inmortales... y el nuestro es de esos... como la vida misma... para quien sepa como vivirla...
Un abrazo enorme Campeón, y verás cuando te lea Manmen... no te digo ná...
Gracias David, me ha emocionado mucho tu comentario y te lo agradezco enormemente. Tu si que eres GRANDE y te lo digo con mayusculas como lo eres tu, pués tengo mucho que agradecerte. Ya tengo pendiente una copita contigo y con el capitan de mi barco. A ver si quedais y nos vemos. Besos.
Sois grandes los dos, mucho... tanto como para que veinte años no hayan sido nada y lo hayan sido todo. Fíjate, eso es lo bueno. Que cuando los barcos hacen aguas, todo el mundo se va, y hasta el capitán, aunque el último. El que merece que le digan grande, es el que baja a máquinas a tapar la vía de agua y reflota el naviero. ¿Que no?
ResponderEliminar¿Te acuerdas en ese 2003 aquel pasodoble?
-Pero el tiempo más grande que hay es el del amor si es amor infinito; y yo que lo tengo no lo cambio ni por otro amor ni por un continente. No lo cambio porque no hay...
Sois grandes los dos. Mucho. Tanto como para que dentro de 20 años más, tampoco sean nada, y lo sean todo.
Un beso enorme
Ufff... David, muchísimas gracias, no sabes cuantas. Aquí estamos otra vez, veinte años después, cielito al pie del cañón... anoche hablábamos y recordábamos ese primer beso en el Paseo de los Tristes, y de los avatares que la vida nos ha ido dando en una mejilla y en la otra. No cambio nada, ni una coma de estos 20 años.
ResponderEliminarY te aseguro que no ha sido fácil... hubo una vez que ambos dos naufragamos, nos perdimos, incluso creímos llegar cada uno a islas distintas donde el tiempo pasaba lento y amargo... pero luego resulto ser la misma isla y que ella estaba en el norte y yo en el sur, o viceversa...
Ahora eso si, soy Tauro y quiero lo que tengo y defiendo lo que me cuesta el tenerlo. Y procuro ser Dragón, con su entrega, su nobleza, su corazón, su fuerza y su innata familiaridad. Pero también disfruto siendo Fénix por su paz, su fuego y sus cenizas, por su renacer y su eterna inmortalidad.
Y David, créeme, porque lo que te voy a decir, eso ya lo tengo más que claro y comprobado. Podré querer a mil mujeres, y hacerles el amor de mil maneras distintas. Pero que no amaré a ninguna como a esta, eso también lo se desde hace ya 20 años...
Y es que hay amores que nacen en primavera, hay amores que estallan en carnavales, hay amores malditos pero inmortales... y el nuestro es de esos... como la vida misma... para quien sepa como vivirla...
Un abrazo enorme Campeón, y verás cuando te lea Manmen... no te digo ná...
Gracias David, me ha emocionado mucho tu comentario y te lo agradezco enormemente. Tu si que eres GRANDE y te lo digo con mayusculas como lo eres tu, pués tengo mucho que agradecerte.
ResponderEliminarYa tengo pendiente una copita contigo y con el capitan de mi barco. A ver si quedais y nos vemos. Besos.