
La primera vez que te vi, Señora, ya te había visto antes...
tuve siempre esa extraña sensación, y nunca la supe controlar.

Siempre te vi, y te busqué.
Te quise y te querré.
Nunca habrá nada ni nadie
que me separe de ti.

Por que te vi desde siempre en mi corazón.
En la penumbra de mis noches en vela,
en cada lagrima que no tenias en tu cara,
en cada chicotá que te daba con el alma,
en cada nota de un pentagrama flamenco para tu paso de palio,

en la jarana de un jueves santo,
en las manos de un malagueño,
al amparo de una hermanad colegial
y ahora ya por fin salesiana...
siempre te vi Madre mía de la Salud...
y es más...
cada vez que cierro los ojitos,
eres lo primero que veo...

Antes, ahora y por siempre... Salud
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