Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

jueves, 12 de noviembre de 2009

Y el eterno incomprendido...


¿Que pensabais? ¿Que el eterno incomprendido era el Cristo de la Redención?... no me seais ilusos. Esta entrada, se la dedico a mi familia, que es la que siempre está cuando me hace falta, y son mi apoyo y mi sustento.

A mí, Francisco Abuín, Christi Passio, o simplemente "Abuín", como mejor gusteis, personalmente se me achaca en mi hermandad por parte de algunos que creo que no saben de que va la historia y siempre en los mismos momentos puntuales y por parte siempre de los mismos personajes o personajetes, que dejé de salir algunos años con mi hermandad salesiana y cofradía de penitencia, y algunos incluso me han llegado a decir y/o recriminar, que no contento con no salir esos años, ni hacer estación de penitencia con la Redención, aparecí una madrugá del jueves al viernes santo, vestido con mi traje de músico para el "encierro" (palabra que yo creía destinada solamente al mundo de la tauromaquia). Y cierto es que fue así. Solo me dio tiempo a ver subir las escaleras al paso de palio... ¿¿Nadie sabe lo que es estar lejos de los suyos, mientras su hermandad está en la calle??... Yo sí, por desgracia. O por suerte. Según se mire. O según la boca del que salga.

El caso es que no se me caen los anillos, ni nada parecido, por reconocer que durante tres años no salí realizando estación de penitencia en mi hermandad. Pero no me marché jamás de la cofradía, porque son cosas muy distintas. Asistía a mis cultos como siempre, y en la medida de mis posibilidades y de lo que me dejaba mi trabajo laboral y mi "trabajo" como director musical de dos formaciones de la provincia, siempre he estado ya digo, en la medida que uno podía. Unas veces más y otras menos. Pero claro que no iba a ensayar de costalero. Normal. Si no iba a salir, ¿¿para que le iba a quitar el puesto a uno que debería de aprender y de hacerse a las trabajaderas??... y que queréis que os diga. Si se de antemano que no voy a salir, tampoco voy a ir a ver los ensayos, porque personalmente lo paso mal, muy mal, y no era plan. Lo he pasado mal, sabiendo que iba a salir, cuanto más, sabiendo que era que no, que no tocaba ese año. Pero de la cofradía ni me he ido, y no me iré jamás... ni con agua caliente.

Tres años que no realice estación de penitencia con mi hermandad, la de toda la vida, pero uno de ellos tuve la suerte bendita de poder ver a mi Virgen de la Salud, prácticamente ya subiendo las escaleras al llegar con mi coche desde Almería capital, comiéndome las curvas de la carretera tan solo para verla en la calle, aunque fueran poco mas de unos minutos. Y así fue, y por eso siempre le estaré agradecido a Ella. Gracias Salud, por dejarme ver tu palio moviéndose al compás de la Madrugá en la madrugá salesiana y zaidinera de la Redención, después de un día que lejos de tí y de mis hermanos, mi cabeza estaba mas en Granada, que en las notas de los pentagramas que iban apareciendo delante de mis ojos en cada chicotá que el Hijo de Dios daba en otra ciudad andaluza.

Pero claro, para muchos "cristianos y cofrades" ese Hijo de Dios, o esa Virgen Santísima, pues ya no es la misma y no vale lo mismo. Hipócritas y fariseos, que no ven mas allá de sus propias narices o de sus propios ombligos. Dejemosles que de esa manera sean felices si es que ese es el camino de la felicidad que han escogido libremente. Pero también tenemos la obligación de decirles que están totalmente equivocados en coger ese camino. Gracias y mil veces gracias, Salud, aunque les pese a todos estos envidiosos que se creen que ofenden con su verborrea fácil y su corazón ennegrecido, y que son más que los demás porque son "los escogidos", o "los elegidos"... y después son ellos los que te hablan de golpes de pecho, a través de comentarios anónimos a este blog y a mi correo gmail..

A mi no me hacen falta ninguno de esos golpes de los que habláis tanto en vuestras amenazas veladas a través de los comentarios de este blog, para llevar grabadas a fuego en mi corazón cada una de las letras de las palabras, Jesús y María.

Jesús Redención y Rescate de las almas del mundo y María Madre de Dios y Señora que da Salud a manos llenas. Pero también Jesús y María con todas sus advocaciones posibles. Porque aún siendo hermano tan solo de dos cofradías en Granada, (Rescate y Redención), que muchos por lo visto se creen que soy hermano de las treinta y dos, pero aún no siendo así, me considero cofrade de todas las demás... independientemente del lugar de origen y cuales sean sus misterios, glorias o devociones particulares.

Allí donde está Dios, Cristo y/o su Amantísima Madre María presente a través de una escultura, de una pintura o de cualquier motivo artístico que los representen, incluso la música, allí se debe de embelesar cualquier cofrade, cristiano y católico que se precie y se tercie... si es que verdaderamente es "cofrade, cristiano y católico".

Y llevo también otras palabras más, grabadas a fuego en mi alma, por lo que en mi vida han significado y significarán el resto de mis días, al menos para mí y para mi familia. Costalero y Músico, las dos por la misma Gracia de Dios, que fue la que me puso estos retos por delante, como siempre, casi sin darme ni cuenta.

He tenido la gran suerte que desde muy pequeño, he vivido y crecido en el seno de una familia que sin ser cofrades, son tremendos creyentes. Que sin ser capillitas, son muy devotos. Y que sin ser hermanos de ninguna cofradía, son de las cofradías de las que es su hijo, o a las que iba a tocarle. Madre nacida y criada en el Albaicin, en San Juan de los Reyes, Carmen de San Fernando, desde donde se podia coger la Alhambra cada noche con la mano, mientras sonaban las campanas de San Pedro y bautizada delante de la Virgen de las Maravillas. Y mi padre criado desde muy pequeño en el Albaicin, al que llego desde su pueblo natal de Itrabo. Que casualidad, que la Patrona de Itrabo es Nuestra Señora de la Salud. Las cosas de la vida...

También tuve el inmenso honor y la gran suerte, y por eso le estoy agradecido a Dios Padre Celestial, de haberme dado una Abuela paterna, Adoración España, que quitaba "to el sentio" cuando de pequeño pasaban las cofradías de la Semana Santa de Almuñecar y en cuanto escuchábamos el murmullo de los tambores, aun lejanos, me cogía de la mano y simplemente me decía: "Francisquito... que ya viene el Señor"... eso jamás se olvida, como nunca olvidaré el roce de su piel al cogerme la mano para salir corriendo escaleras abajo, ni la dulzura de sus palabras al decirme cualquier cosa, ni la paz de sus pequeños ojos al mirarme emocionado yo y emocionada ella al verme a mi, ni su pelo blanco y brillante tantas veces por mi peinado, ni su vestido siempre negro, ni las escaleras de su portal, ni la puerta de su casa, ni las tardes de merienda, ni las voces desde un balcón cuando no le hacia caso para subir porque ya era tarde, ni las noches sentados ante la tele encendida los dos solos, ni el olor de salitre y abuela mezclados en aquella casa en plena Avenida de Andalucía de la capital sexitana, en la Calle Sevilla numero 1,... como olvidar a quien dio mientras pudo, todo lo que tuvo por su nieto...

Desde los 13 años siempre cerca del mundo cofrade de esta ciudad, por unos o por otros motivos. Primero la motivación que te lleva a conocer algo que te llama la atención tanto como para dejar otras cosas de lado, cosa que es normal y comprensible, porque no te hacía falta salir del colegio salesiano, para ver una parihuela de ensayos entre los soportales de los patios. Segundo el haber conocido de la mano de mi abuelo materno, Ricardo Abuín, que después de pasear un rato por el Realejo y visitar al Señor de los Favores en el Campo del Príncipe, habiendo llegado allí andando desde los Vergeles, me llevaba a un sitio donde nos daban una llave a través de un torno, para que pudieras estremecerte con la magnificencia de un crucificado muerto a manos de nosotros mismos y admirar la belleza inconmesurable de una Madre rota por el llanto y la desesperación de verlo muerto en aquella cruz de favores. Salíamos, como decía mi abuelo, de ver al Señor... mas tarde comprábamos unas "salaillas" y de vuelta a casa que ya era la hora de comer. Y tercero entrar a formar parte de una cuadrilla de costaleros (La Salud) y de una banda de música procesional (La Ripoll) en el mismo año 1987.

Desde entonces, muchos domingos de paseos otoñales, invernales y como no primaverales, a ver todas y cada una de las imágenes de semana santa que ibas conociendo a través de hojasamarillentas de periódicos guardados en un trastero frió y húmedo propiedad de mis padres, donde Papá guardaba y guarda los periódicos que el mismo por su trabajo, ayudaba a confeccionar con su linotipia cada tarde, noche y madrugá en aquel taller oscuro de la calle San Jerónimo donde se cocía el Diario Ideal, y que siempre olía a plomo, sudor y tinta...

Desde entonces, desde 1987 yo jamás "fallé" a mi hermandad y mi conciencia está siempre tranquila. Con esas edades, os recuerdo que entre con trece años, aunque pronto cumplí los catorce en mayo, solo tienes la vista puesta en la tuya y el desconocimiento y la gilipollez que te absorbe a esas edades no te hace ver mas allá de lo tuyo. "Lo mio es lo mejor, lo único, no hay mas allá de lo mio"... craso error que despues con los años incluso hasta te pasa factura. Pero llegó el día, y según algunos de mis "nuevos hermanos, porque se lo ha contado un hermano antiguo", "fallé"... yo, el que no había fallado nunca.

El que estaba para todo y para todos. El de las noches en vela al amparo de los tinglados y cuidando que no les pasara nada a Ellos, pues dormian ambos en la calle, a la intemperie. El que lo mismo estaba para inclinar el guión en los cultos, que para leer en las misas. El que lo mismo te limpiaba toda la candelería echándole una mano al bueno de Miguel Hermida con un secador de pelo que se nos paraba cada dos por tres. El que siempre estaba en la casa de hermandad con su monopatín, echando un rato de tertulia con los mas mayores e intentando siempre aprender de ellos. El que lo mismo te recogía las mesas que te ponía un botellín de alhambra. El que se metía bajo el paso cada vez que tenía oportunidad e imaginaba chicotás de ensueño, mientras silbaba alguna marcha de las que había ensayado la noche anterior con la Ripoll y años mas tarde con los Gitanos.

El que se llevaba partiendo la espalda desde 1987 y la voz debajo de un paso de palio desde 1989 porque así lo quiso la cuadrilla recién formada y creada para Ella, y por que lo quiso un capataz llamado José Manuel Almendros, que en esos años mandaba ese martillo. Este que os escribe, Francisco Abuín, para algunos de mis "nuevos hermanos" fallé... y me lo echan en cara, día sí, y día también... como si con eso, puedan quitarme las ganas de seguir gozando de lo que mas me gusta y me llena en esta vida, al margen de mi familia.

Lastima que va a ser verdad que mientras estas todos los días, nadie te echa en falta... pero la envidia en los hombres, muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás muestra cuánto se aburren. Y también, como bien escribió Diógenes Laercio en el siglo III antes de Cristo, "...la envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisieramos poseer nosotros..."

Y yo he gozado no sabeis cuanto ni como. He gozado siendo peón de confianza de la Salud y debajo de muchos pasos más, donde siempre encima ha estado el Señor o la Santísima Virgen, se llamasen como se llamasen, pero he gozado enormemente haciendo que mi voz y el compás de treinta y dos o mas hombres, fuera tan solo uno.

He gozado vestido de músico por infinidad de pueblos de Andalucía y de fuera de ella. He gozado sientiendome hermano de mis hermanos independientemente de la cofradía en la que me haya encontrado, aún no siendo muchas veces la mía.

He gozado hasta lo inexplicable viendo un buen trabajo costalero de otras cuadrillas de misterios, cristos y palios, o he gozado hasta la saciedad admirando la genial interpretación de músicos de otras bandas, estilos y provincias.

He gozado de todas las cuaresmas posibles y de las imposibles también, he gozado la semana santa como ninguno lo ha hecho, he gozado las cruces de mayo con mi hermandad de la Redención y con las otras también, de los Corpus de mi tierra, de los altares que montan otros y de los que yo también he montado, de los cultos de mis hermandades y de las misas de los demás.

He gozado de las tertulias al amparo de una cerveza en cualquier casa hermandad, "siempre entre hermanos, aun no llevando la misma medalla colgada". He gozado aprendiendo de quienes saben, e intentando enseñar a los que preguntan y tienen dudas. He gozado riendo y llorando bajo muchos pasos y en muchos cultos de hermandades que no eran las mías. He gozado y no sabéis como, del amanecer de cualquier día de cuaresma, porque simplemente son amaneceres distintos. He gozado infinitamente del olor a claveles durante la primavera granadina.

Y lo que es peor para los envidiosos. He gozado con las cuadrillas de mi hermandad, siempre, a pesar de la dura y penosa pelea que es venir como venimos después de tantas horas en la calle. He gozado con las dos cuadrillas, pues con las dos he salido, y he gozado plenamente al ver bajo la oscuridad de los faldones aterciopelados del Redentor y de la Salud, los ojos enrojecidos y cristalizados de unos chavales con las mismas ilusiones y las mismas ganas con las que yo llegue a esta hermandad y lo que es peor para ustedes, los envidiosos, los que siguen mirandose el ombligo, mientras los demás nos movemos, lo peor para ustedes es que pienso seguir gozando de todo lo que signifique, parezca, suene, sea y huela a semana santa, hasta el último día de mi vida terrenal.

Seguiré gozando sabiendo que mi hijo va debajo de ese bendito faldón azul, y gozaré aún más cuando se encuentren los dos hermanos debajo. Y seguiré gozando de llevar a sobrinos y amigos mios bajo ese paso de palio, o bajo el sonido del León, el Martillo con mas personalidad de cuantos hay en Granada y que suena celestial. No he oído martillo igual que el León de la Redención. Y seguiré gozando cuando vea al Cristo Redentor levantar al sonido de su León y echarse a las calles para abrazar a toda una ciudad entera con sus brazos abiertos. Y seguiré gozando hasta que me muera de ser y sentirme SALUD, por mal que os pese a muchos.

Aún así, y a pesar de gozar y seguir gozando, aun a pesar de ser "el eterno incomprendido"... todo tiene una explicación la cual ya dí en su día, pero como estos "nuevos hermanos" se emperran en su charlatanería barata y gratuita, yo creo que ya es hora de dar esa explicación otra vez y de manera pública, sabiendo que ni me hace falta el hacerlo, pero más que nada, para que muchos otros que no conozcan esta historia, la sepan de primera mano.

A los pocos minutos de casarme ya me debía a mi familia y a mis hijos, que están por encima de la cofradía. No de los Titulares de la misma, Dios me libre y creo que los que sepan leer con su justo significado de las cosas, me habréis entendido, aún de esta manera tan tosca. Y paso a explicaros el tremendo pecado, por el que cada día me juzgan y amenazan a través del blog o del correo, con comentarios irrisorios, que no se sostienen de ninguna de las maneras, y encima de manera totalmente anónima y rastrera. El Pecado, mejor dicho, Mi Pecado, el hecho de que yo no saliese durante un periodo de tres años fue porque por contrato, al asumir la dirección musical de dos bandas así estaba establecido (dos años con la Inmaculada de Alhendín tocando en Almería capital y otro año más tocando con Tres Caídas creo recordar que en Antequera el Jueves Santo). De hecho el primero en saber esto en mi hermandad, fijaros que casualidad fue el señor consiliario de mi hermandad, seguido del hermano mayor y en algunos casos incluso el capataz del paso de palio y/o los mas cercanos de la cuadrilla.

Pero bueno, si estos que despotrican de mi persona, entendieron en su día porque así me lo siguen demostrando, que una persona casada muy joven, con dos nenes pequeños en aquellos años, sin trabajo en aquellos momentos, o con trabajos nada bien remunerados NO se puede ganar unas perras alabando al Señor con sus sones cofrades, en Almería, en Antequera o en donde Dios hubiese querido que así fuera, y que por eso faltase a la estación de penitencia de una hermandad, a la que quiero con toda mi alma, poco mas puedo hacer yo. Espero que a partir de ahora, muchos entiendan el porque fallé a mi hermandad, si es que se le puede llamar de esa manera. Bien lo saben Ellos dos. Los demás, "al pairo y bien floja"...

Dicen que no ofende quien quiere, sino quien puede. Y ellos por ese camino no pueden, ni podrán jamás. En fin, sigamos, que creo que nos hemos desviado un poquito del tema... aunque bien valga un desvío a tiempo.

Para que no se le olvide a ninguno de los que me quieran echar en cara algo a mi, o a mi familia, todo esto que yo hoy os estoy contando, escribo esta entrada en este mi blog y vuestro blog, del que lo quiera hacer suyo. Yo no firmo jamás con pseudonimo ni falta que me hace. Yo soy, Francisco José Rodríguez Abuín, hermano de esta hermandad desde 1987, aunque faltase a tres estaciones de penitencia.

Y no te preocupes Salud del alma mía, que este de la foto, el que te cogió inocentemente e instintivamente de la mano apenas con unos meses de vida, dará lo mismo o más que lo que dio su padre bajo tu manto azul y salesiano de salud infinita. Y oído a los envidiosos... dejar de mirarme a mí, de estar pendientes de que digo o que escribo, y mírense un poquito a ustedes mismos, "desde dentro pá fuera"... que si la envidia fuese tiña... seguro que me enteraba de quien o quienes son los simpáticos de los mensajes anónimos.

Mientras, déjenme que siga gozando de la semana santa, es lo único que no podéis quitarme... y esta entrada, me la dedico a mi mismo... ¿¿porque no??

1 comentario:

  1. "[...]es que pienso seguir gozando de todo lo que signifique, parezca, suene, sea y huela a semana santa, hasta el último día de mi vida terrenal."

    Amén.

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

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