Ayer, viernes y trece, la tarde era distinta. Mientras mis pasos se encaminaban uno tras otro hacía el barrio bendito de la Magdalena, mi corazón latía algo acelerado, y mi sangre se distribuía a borbotones por todo mi cuerpo. No era ayer una tarde cualquiera. Las luces y sombras del atardecer no dejaban sombra de mi cuerpo sobre los adoquines de las calles recién asfaltadas. Hoy tengo reunión de hermanos costaleros en "Casa Rescate"...
Al llegar, la alegría de siempre al ver a mis hermanos de trabajadera, se mezclaba con la amargura de saber que algo huele a despedida. Abrazos, risas, besos, miradas cómplices, palabras cariñosas y sobre todo, la sensación de estar con un grupo de hermanos que sabes que te aprecian y te quieren. Me consta que es así, pues siempre así me lo han demostrado. Pero aun así, la tarde era distinta.
Un ratejo de tertulia amistosa y desenfadada antes de comenzar la reunión. Capataces y auxiliares del paso se dirigen al resto de la cuadrilla y yo atiendo como si fuera la primera vez. Siempre, todo hay que hacerlo como si fuera la primera vez. Así no tenemos porque temer a equivocarnos y seguramente el interés prestado siempre será mayor. Siempre, y os ruego que os lo toméis como un consejo, aún sabiendo que no es bien recibido donde no es pedido, intentar hacer las cosas como si fuese siempre la primera vez. Pero la tarde era distinta a todas las vividas en "Casa Rescate" hasta ahora.
Algo me estremecía el alma a cada palabra de Luis Carlos, Manuel o del grandísimo hermano y costalero "Selfa", porque la tarde era distinta. Algún sentimiento profundo de los que pinchan directamente en el corazón, atravesaba como la electricidad mi cuerpo con cada mirada que mis hermanos me dirigían, aún ellos sin saber lo que yo tenia que contarles. Yo ya venía con mi idea preconcebida y asimilada. Una decisión de las tomadas en frío, tranquilamente y siempre meditando pros y contras, porque así debe de ser. Una decisión libre y personal que puestos esos pros y contras en la balanza hacen que siempre se incline hacía el mismo lado. Por más vueltas que le he dado, y por más que haya intentado inclinar dicha balanza hacía el otro lado, no ha podido ser. Y mas que lo siento yo.
Pero después de unos años "maravillosos" he tomado una decisión. Dejo "la cuadrilla" que fue mi sueño y anhelo durante muchas cuaresmas. Muchos años detrás de El. Años en los que el tiempo lo dedicaba a la música cofrade y ha sacar solamente un palio azul del que tantas y tantas veces os he hablado. Pero uno de mis "sueños costaleros" se alcanzo de la mano de Antonio y de Luis Carlos, a los que siempre les estaré eternamente agradecido. Igualé bajo el Señor de Granada y algo hasta ese día, que yo siempre había presentido, y que permanecía anclado en el paso de los tiempos, se desató por fin. Cuantas veces fui a visitarte a tu casa de la Magdalena estando trabajando en la gestoría situada en Reyes Católicos, ya hace tantos y tantos años. Recién casado, y con mi primer trabajo, aprovechaba siempre los minutos del desayuno para acercarme a verte. Años mas tarde y estando trabajando en la Facultad de Traductores, tanto de lo mismo y además me cogía mas cerca. Cuantas mañanas a saludarte y a pensar, o mejor dicho soñar ante Ti, que algún día saldría debajo del "Señor".
La música incluso me dio opciones de poder haberte honrado con las notas de una trompeta, pero la lluvia inundo mis ojos de lágrimas y me empaño la vista esa tarde de Lunes Santo en la que te quedaste en casa. Entonces ya no pude más. Tenía que salir bajo el altar en movimiento que es tu paso caoba y plata. Tenía que sentir que era lo que llevaba sintiendo tantos y tantos años. Tenía que saber si esto era solamente una obsesión, o por el contrario y como me han demostrado el paso de los días desde entonces, era una irresistible conexión invisible, un lazo de unión tan grande y tan fuerte, que no se porque motivo siempre encaminaba mis pasos ante Tu mirada. Esa que no se puede aguantar sin que se te hiele la sangre, el corazón parezca pararse y antes de perder la vida en el intento, bajes la mirada ante tanta majestad y poderío.
Igualé bajo el Señor de mis anhelos y de mis sueños, y han sido unos años fabulosos, en los que he gozado todo lo que fuese Sentirse Rescate. Como decirle que no al Rey de Reyes, al que me estaba llamando poderosamente a la puerta de mi alma desde hace tanto que ya ni me acuerdo. Como decirte que no Jesús del Rescate. Y por otro lado, ¿¿porqué yo??...
De locura es verte, y de locura el perderte, aunque no te pierdo del todo, porque se bien que he ganado un amigo para toda la vida. Tu eres Jesús del Rescate, y has sido mi amigo durante todos estos años. Siempre has estado ahí, siempre. Aún yo no queriendo. T por eso, tus pies descalzos, adelantado siempre el izquierdo, serán los míos en la calle a partir del lunes santo.
Pero no llevaré costal burdeos ni tu escudo en la espalda. No llevaré pantalón negro ni faja del mismo color que la sangre que me parió costalero. No llevaré el sudor de veintisiete hermanos pegado en el alma. No llevaré tu calvario ni el peso de los pecados que vas redimiendo a tu paso. No llevaré hincada la trabajadera en mi cerviz. No llevaré el izquierdo adelantado como tu siempre lo llevas. No llevaré el compás de la música y las palabras de "dieguito" clavadas en el "sentío"... porque no te llevaré.
Pero has de saber Rescate del alma mía que siempre estaré contigo y con mis hermanos. Espero que esta decisión tomada sea de tu agrado. No quiero siquiera que la entiendas, solamente que la respetes. Daré luz a tu cortejo, al lado de mis hermanos, y a partir de este próximo Lunes Santo seré una vela mas encendida, que demostrará a Granada entera mi amor por Ti.
Te quiero, Rescate, y te he querido desde siempre. Algo inexplicable, porque no tiene ni le encuentro explicación, pero que hoy ya lo se gracias nunca mejor dicho, a Dios. Y se lo que es sentirse Rescate, porque así me lo han enseñado mis hermanos. Esos con los que he aprendido día a día lo que es querer al Señor. Los mismos con los que establecimos cambios en las formas y maneras de andar y de llevarte. De hombros a costal y por derecho. Gracias a todos los que me habéis hecho sentirme grande entre grandes. Y había que despedirse de ellos a lo grande. Y no hubo día mas grande que la Passio.
Gracias Señor, por que ese día siempre quedará guardado en el baúl de mis recuerdos costaleros como uno de los mas bonitos y mas grandes de cuantos he vivido. Gracias por dejarme llevarte desde la magdalena hasta la catedral. De mármol a mármol, como los antiguos. Y gracias por la tarde, que también fue maravillosa. Salí contigo de la catedral y volví a la magdalena, otra vez de mármol a mármol. Nunca hubo ni habrá mejor despedida que la que yo tuve. Y... ¿¿para que estropearlo??... dejemoslo así, Rescate... nunca en mi vida pude soñar mejor despedida que la que tuve ese sabado santo, cuando yo siempre firmaría una de lunes...
Anoche, y yo sabiendo que no soy un hombre de palabras y menos cuando la emoción me embarga, me dirigí a mis hermanos, porque la tarde era distinta. Les comente todo esto, pero en breves palabras. Les dí las gracias a todos los allí presentes y les hice participes de mis pensamientos. Y entonces les dí la noticia. No saldré el Lunes Santo bajo el faldón.
Al principio cara de incredulidad. Miradas de unos a otros. Y un aplauso sincero y que estremeció mi alma. Gracias por esos aplausos que no merezco. Gracias por los abrazos y los cariñosos gestos de cuantos intentasteis que así no fuera. Gracias a Luis Carlos por sus bellísimas palabras. Os estaré siempre agradecido a todos, porque me habéis demostrado que sinceramente me queréis a vuestro lado y que siempre he sido uno más para todo, desde el primer momento. No quiero nombrar a nadie para no dejarme nunca alguien fuera, o en las teclas de este ordenador de mi despacho. Pero todos sabéis que tenéis reservado un huequecito en este corazón costalero, cofrade y sobre todo "hermano de mis hermanos".
Siempre agradecido por todo, y esperando vernos de nuevo... Christi Passio.
Francisco Abuín.
Siempre Rescate... por los siglos de los siglos, Amén.
Pd: Luis, gracias por todo y ya está la foto del Rescate en un portaretratos, y en un rincón de mi salón donde disfrutemos de El y su magnifica presencia, todos los días.
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