Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

jueves, 12 de noviembre de 2009

La eterna incomprendida...


Acabo de leer el articulo que Sergio Rosillo, el prioste de la Hermandad Salesiana de la Redención a la que pertenezco y soy hermano, ha editado en su blog hace días y del que os dejo enlace.

Mucho se ha estado especulando y hablado desde el pasado fin de semana, sobre el altar montado y ya no por el altar en sí, que ha estado en la linea a la que nos vienen acostumbrando nuestros hermanos "capilleros", aunque en algunas cosas de las escritas en su artículo discrepe a titulo personal. Se ha hablado mas que nada por el lugar escogido para ello. La eterna esquina donde se encuentra Nuestra Señora de la Salud. La eterna incomprendida. De hecho hay una frase en dicho artículo, que ha sido la que me ha dado pie a escribir esta entrada, que desde hace muchos años ronda en la cabeza y ahora me ha parecido el momento oportuno para publicarla.

La frase escrita por Sergio Rosillo en su blog de los Capilleros dice tal que así: "...Si hay que poner alguna pega, que siempre la hay, es que esta vez no estabas junto a tu Hijo, pero no importa, nosotros sabemos que todo se hizo de la mejor manera posible, y trabajando. Poco a poco todos se irán dando cuenta de quién eres y cómo deben de tratarte..."

Sabemos, y eso no me lo va a negar nadie después de veintitrés años en esta cofradía, ya camino de veinticuatro, que desde siempre la imagen de Nuestra Señora no ha tenido la -digamoslo de manera suave- "acogida merecida" como Madre de la Iglesia que es, además de ser la Madre de Dios y de que todas las vírgenes son María Madre del Señor Jesucristo, tengan la advocación que tengan, y con esto que nadie se vaya a alarmar ni a alterarse, ni siquiera a tirarse de los pelos, porque es la pura y simple verdad. María Virgen no hay mas que una, la llamemos como queramos...

Si alguien tiene dudas de lo que estoy escribiendo y voy a escribir en esta entrada le pido solamente que si tiene oportunidad, hable con los hermanos que llevan en la hermandad pues eso, mas de veinte años y que asistieran a la llegada de la Madre que todo lo cura, allá por 1986. Y eso sí, que no haya estado con las idas y venidas. Y con las idas y venidas no me refiero al hermano que ha salido un año y otro no y después ha vuelto... o no... me refiero a los que se fueron para no volver, o a los que literalmente fueron expulsados y que fíjense las vueltas que da la vida, precisamente por algunas circunstancias en las que se encontraba como no, el tema mariano, tan manido en esta hermandad desde prácticamente su fundación.

Una guerra sin sentido, porque teológicamente hablando no lo tiene y que desde siempre, desde punto y hora en que por mediación de un cura y sacerdote salesiano, y viendo que no se ponían de acuerdo en el tema de la advocación mariana para la nueva titular de la Redención, cortó por lo sano y acordándose Don Rafael Soldevilla (q.e.p.d.) de la querida patrona de su pueblo Posadas en Córdoba, se acordó a regañadientes que nuestra titular mariana se llamara de igual manera que aquella gloriosa imagen cordobesa. Salud. Desde ese momento todo fue distinto, porque ya nada fue igual...

Desde que llegó la Señora, la eterna incomprendida, la Madre que reparte Salud en tardes de Jueves Santo, se colocó según se entraba a la iglesia, a la izquierda de la misma, en una humilde capilla construida por la propia cofradía con paneles barnizados y telas adamascadas en tonos rosas, y que nunca fue del agrado de la comunidad salesiana, ni de algunos sectores de la propia cofradía. Y no solo estoy hablando de la humilde capilla. Sino incluso de la imagen titular mariana de la corporación salesiana que reinaba en la misma. Recordemos a quien no lo quiera, que Ella llega en 1986 y en 1988 se marchan otros, precisamente algo tuvo que ver su llegada, y yo diría que mucho y bastante, lo que pasa es que como estamos dando el coñazo día si, y día también con el tema de la memoria histórica, no me voy a meter en camisas de once varas, por ahora. Es que sigue habiendo personas que pretenden hacernos olvidar cosas que pasaron y de las que pretendemos olvidarnos todos, mientras ellos apuntan con el dedo a otro sitio según les conviene, y eso no está bien. Por qué lo olvidamos todo, y todos... o mejor no sacar los temas a pasear.

Ahí, en su humilde y sencilla capilla estuvo bastantes años, aunque no muchos la verdad, porque si no recuerdo mal serían como mucho diez los años que pudimos contemplarla en dicha localización. Yo me casé en el año 1993, y el día que anuncie mi boda en noviembre de 1992 durante una misa de cultos de la hermandad, seguía estando la capilla de Nuestra Señora de la Salud. Tengo una foto junto a mi mujer y madre de mis hijos, que en cuanto encuentre os la subiré al blog.

La foto del Cristo de la Redención es del mismo día y ambos estuvieron aún unos años mas en estas capillas construidas con el mayor fervor y veneración posible, y siempre dentro de la humildad que ha caracterizado a esta hermandad. Lo que pasa es que una cosa es la humildad y otra muy distinta la maldad.

Siempre nuestros titulares han sido objeto de veneración por los cofrades de esta hermandad, entre los que yo me encuentro, y bien sabemos de los desprecios que hemos sufrido por Ella o hacia Ella. Fíjense si es así, que muchos nos decantamos mas en esos tiempos por la titular mariana, que por nuestro Señor, el Cristo de la Redención, ya que lo veíamos desde un primer momento totalmente admitido por la comunidad salesiana, por el barrio, y por algunos sectores de nuestra semana santa. Con esto jamás quiero decir, que se quiera mas a la Virgen que al Cristo, pues el amor hacia ambos es totalmente igual y paralelo. Lo que pasa es que siempre la balanza del cariño termina siempre cayendo hacia el lado del mas necesitado. He dicho bien, algunos nos decantamos hacía ese lado de la balanza. Otros sin embargo empezaron su lucha encarnecida contra una sagrada imagen titular de una hermandad de penitencia, que no fue de su agrado desde primer segundo y hora. Ni en su advocación ni en sus hechuras. Y terminaron marchándose expulsados de la cofradía. Pero esa lucha interna, dejo una huella palpable e imborrable que aún perdura hoy. No se puede perdonar sin olvidar, y aquí se perdonó, pero no se olvidó. A los hechos me remito, que fíjense si traen cola, que este año, María Santísima de la Salud, ha celebrado su día en un precioso altar, por supuesto precioso y muy bien trabajado, pero en el mismo rincón donde la veo todas las mañanas mientras celebran una corta misa antes de las 8 de la mañana. Es lo que tiene llevar tan temprano a los hijos al colegio salesiano, y pararme siempre que puedo, antes de marchar a trabajar. Una parada corta, pero intensa. Espero a que se termine la misa, y saludo al Señor y a Su Bendita Madre, a los que les pido que el día recién comenzado sea tan bueno, como el vivido ayer. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy...

Pero hablemos de su primitiva capilla. Os dejo fotografías para el recuerdo y la nostalgia, y para aquellos que no conocieron la capilla de la que os estoy hablando en esta entrada cargada de sentimientos y que cuesta de verdad escribir. En esta imagen, María del Carmen Rodríguez Viedma y Marisol López Galvez, esposa de Juan José Rodríguez Viedma, quien fue fundador de esta hermandad, Presidente del Cuerpo de Costaleros muchos años e incluso ha ocupado cargos de relevancia en diversas Juntas de Gobierno, como Mayordomo Mayor o Vice-Hermano Mayor. Ahora, en la actualidad pertenece al cuerpo de Mayordomía.

En esta imagen podemos apreciar que siempre hubo grupos de jóvenes en esta cofradía. Aparecen también Kika y Juan Rodríguez Alferez, fundadores de esta hermandad y padres de un joven que años mas tarde ha sido Pregonero Oficial de la Semana Santa de Granada. Alfonso Guerrero con chaqueta blanca junto a Pepe Caballero, a su lado su mujer Isabel y debajo con chandal rojo sus hijos José y Samuel Caballero. Al lado, Jesús Rodríguez Viedma, el pequeño de Juan y Kika. La chica que se observa abajo es Carolina Caballero. Justo en medio de la imagen un incombustible Miguel Hermida, al que la hermandad le debe tanto y tantas cosas, y que a día de hoy no ha sido homenajeado como el se merece.

En esta instantánea podéis observar a la cúpula del momento en que se realizó esta foto, entre ellos podemos observar a Manolo "El Sastre", Antonio, tesorero de la hermanda, Alfonso Suarez, quien fuera presidente del Granada C.F, a su lado José Manuel Rodríguez Viedma, junto a el Juan Luis Iañez, actual capataz del cristo, Jose Arcos, un joven Juan Carlos Jimenez, hasta el año pasado capataz del paso de palio, José Luís Saez Hidalgo (q.e.p.d.) Hermano Mayor en aquellos entonces, Antonio Alvarez, Antonio nuestro querido Monseñor, y un joven por aquel entonces Manuel Romero. Pero fijarse en la linea de abajo. Eduardo, costalero del palio, el único que ha salido ininterrumpidamente desde 1989, nuestro querido "edu-calendarios", porque siempre está con los días que quedan para que vuelva a salir la Señora a la calle, a su lado Jesús Viedma (hermano pequeño de Juanjo y de José Manuel, y de mi mujer María del Carmen) y al lado, mi hermano. Si, mi hermano Carlos Jesús Rodríguez Abuín. Si, mi hermano, que fue costalero del paso de palio de Nuestra Señora de la Salud.

En esta otra instantanea están las mujeres que en esos tiempos eran la Junta de el Cuerpo de Camareras de la Virgen. Doña Julia, tremenda mujer de una calidad humana enorme, una jovencísima Meli, María del Carmen Rodríguez Viedma, secretaria de la Hermandad en el último mandato de José Luis Saez y Secretaria de la Junta de Camareras, al lado su Madre, Dña. María del Carmen Viedma Fernández, junto a ella Encarnación Caballero, Camarera Mayor, a su lado la entrañable Maxi, y a su vera, la mujer de D. Alfonso Guerrero, Dña. Concepción Zurita. Vamos, las encargadas de ponerla guapa, siempre dentro de la humildad que ha caracterizado a esta cofradía al menos durante sus primeros años, ya que la escasez de recursos económicos siempre ha sido un gran acicate en nuestra cofradía. Se han hecho cosas, muchas, pero nos ha costado un mundo el hacerlas. Que le vamos a hacer, no somos una hermanad de 3000 hermanos ni tenemos mecenas que suelten el "maldito parné"...

Ahora, a la Señora, parece que se le intenta dar el protagonismo perdido, tras una restauración que yo voté el primero, porque bien sabía que en el fondo de esos nudos que atesora la madera, había mucho mas que lo que veíamos y hemos estado viendo durante tantos años. Y no me equivoqué. Creo que la acogida de la restauración-retalla, en general dentro del panorama cofrade de Granada ha sido buena. Pero seguimos jugando en casa, hablando en términos futbolísticos, totalmente a la contra. No me arrepiento de aquel cabildo, ni de aquel voto que mi mano vertiese en aquella caja de cartón, aunque me causa honda tristeza el saber que no volveré a contemplar el rostro que mis sueños acompañan desde 1986.

Pero bueno, en mi cabeza nunca se borrará ese rostro que Tú tenías y que ahora contemplamos simplemente embellecido y retocado. Pero aún habiendo sido retallada y calladas muchas bocas, no siempre todas, sigues en el mismo rincón. Cerca de la puerta, siempre cerca de la misma, como dándonos a entender que desde llegaste has estado mas cerca de la calle, que del mismísimo altar que te pertenece por ser Madre de Dios. O que menos que como en multitud de iglesias una capilla, por muy moderna que sea la parroquia, donde poder venerar mínimamente a la Madre del Señor, que es a la vez Madre Nuestra y de toda la Iglesia.

Desde que llegaste, a los que siempre creímos que era y venías a Tú casa, nos salió una muesca en el corazón llevamos todos los cofrades de Redención y Salud, como tanto gustan ahora en nombrar. Y esa muesca aún no ha sido subsanada, porque nadie parece querer arreglarlo del todo. Ahora, parece que estamos otra vez como al principio. La frase dejada por Sergio Rosillo en su blog, algo viene a decirnos entre lineas. Pero es que no hace falta que digas nada, Sergio. Mucho antes de que tu y los capilleros estuviesen en la Hermandad, otros ya sufrimos el escarnio de la desidia y el desprecio hacía Ella. No es nada nuevo, es tan solo algo, con lo que nos hemos acostumbrado a vivir. Es un tema que jamás se cerró, y que sigue abierto como hemos podido comprobar este fin de semana pasado. Hacía ya muchísimos años, que la Salud, al llegar su "fiesta externa" no estaba en el Altar, que es donde al menos le corresponde estar a la Madre, y que menos que en la celebración de su día. Pues bien, otra vez la mano que mece la cuna, la voz que retumba en nuestros corazones ordenó lo contrario, y lo que es peor y que no quiero saber, es... ¿quien dio esa orden?, ¿a que ha venido ahora, después de tantos años?, ¿y por qué se ha consentido nuevamente otro desprecio más hacía ella, por parte de la Junta de Gobierno?, ¿Por qué sigue arrinconada en ese rincón?... y si el caso es que no se va a volver a dejar montar altares, como los últimos a los que nos venían acostumbrando "los capilleros", porque una Madre tape a otra, ¿como es que no se dejó que se pusiera simplemente a Nuestra Señora de la Salud, como se ha hecho otras veces, en el Altar, bien a un lado, o bien en frente del pasillo central, de cara a sus cofrades, mientras se le oficia una misa en su honor?

Sin embargo el Señor de la Redención, el padre del abrazo eterno, bien que fue quitado de su primitiva localización y puesto en el altar mayor, donde ha estado colgado muchos años sobre un muro que cuanto menos era feo. Gracias a Dios se acometieron las tareas de adecentamiento del mismo altar. Pero... ¿¿y Ella??... ¿¿Alguien se acordó de Ella en esa reforma?? Definitivamente NO. Porque si se hubiesen acordado ya hubiesemos puesto los espartos de lo que sería ya a día de hoy, una capilla digna donde poder dar culto a nuestra Virgen de la Salud.

Han pasado muchas cosas, durante estos casi 24 años desde que está Ella con nosotros. Recuerdo estando en el colegio salesiano una mañana, que me llamó poderosamente la atención el ver como entraban y salían unos albañiles de la iglesia, en medio de una polvareda tremenda y un ruido ensordecedor de golpes y caída de cascotes. Y esto que estoy contando no me lo puede negar nadie, porque estaba yo solo. Estos señores, que hacían su trabajo, estaban tirando abajo uno de los laterales de la capilla de Nuestra Señora de la Salud, sin ni siquiera haber puesto unos plasticos o telas que no dañaran a la imagen o al altar en el que Ella se encontraba. Entré a la Iglesia y les dije que al menos podían a ver tapado con algo a la Imagen, o no haber empezado hasta que no se hubiese localizado a alguien de la hermandad. Pero no, su contestación fue escueta. "Nosotros estamos haciendo lo que nos han dicho "los curas". Que esta pared hay que tirarla abajo, porque vamos a poner unas ventanas con unas vidrieras de colores, y que dentro de poco habrá que desmontar "esto", pues en esa pared tambien hay que poner ventanas nuevas". Ante esto, imaginense la discusión que se formó en aquellos instantes. Quien me conozca, por poco que sea, sabrán que no me callé, ni mucho menos. Sigo igual, siempre he sido igual, para lo malo y para lo bueno. Lástima que no hubiese ni móviles con cámara, ni cámara digital en mano, aunque hubiese sido de las de carrete, porque imagínense el panorama.

Cascajo en los pies de la Virgen, y esparcido por todo el altar, el polvo impregnado en sus ropajes. De verguenza. Y de una pena gorda y honda. Empatía, deberíais de ponerse en el lugar de los demás, y muy de vez en cuando. Imaginarse cualquier cofrade que se precie, la escena y que fuese su titular mariana la agredida o despreciada. ".. dentro de poco habrá que desmontar "esto"..."

Después de la "discusión" con unos señores que simplemente eran unos "mandaos" llamé a Javier García Marina, hijo de Antonio Aguilera, el mismo que donó la cruz de taracea que no es otra que la Cruz de Guía de nuestra hermandad. Por aquellos entonces ambos seguían aún en la cofradía. Vino en cuanto pudo, y quedamos en llamar a José Antonio Paredes, periodista y que en aquellos entonces llevaba un programa cofrade en la radio. Esto había que hacerlo saber al mundo cofrade de Granada. Pero una vez más todo quedo en "agua de borrajas". Fíjense si pusieron ventanas a proposito, que no dejaron "ningún trozo de pared, donde poder hacerle a la Virgen de la Salud un minimo altar donde darle culto".

Y fíjense si esto fue tal y como les cuento, que hoy en día, aún sigue en su rincón, conforme se entra a la derecha de la iglesia de María Auxiliadora. ¿¿Quien tiene la culpa?? Todos aquellos que lo hemos consentido y no le hemos buscado solución. Incluso con el paso de los años, en el mismísimo Pregón Oficial de la Semana Santa 2008, José Manuel Rodríguez Viedma le dedicó estas sencillas palabras, pero cargadas de todo el dolor sufrido durante tantísimos años, solo por ser "de la salud"... y por haber cargado con ella a sus hombros cerca de veinte años. Algo creo que le dolerá, como me puede doler a mi y a tantos otros a los que se nos llena la boca con tan solo nombrar su advocación. Os dejo ese extracto:

- “... El Albayzín se ha hecho pañuelo con bordados encajillos de oraciones y plegarias… Todos se los lleva el río, penitente que te calza, con zapatillos cristalinos, hasta llevarte a Granada. Palios de Jueves Santo, de Madres destrozadas por la cruz y las espinas, que al llegar la madrugada, por todas las esquinas, ponen al hijo Divino que nació de sus entrañas. Y al llegar a la Carrera otra Virgen Soberana, pone crespón de negra seda, a la luna que la observa, sin acercarse a su cara. Madre de la Salud, desde Tus sendas salesianas, donde eres reina de reinas, por Tu auxilio consagrada. Eterna Madre que lloras, sin importar que Tus lágrimas, a veces caminen solas, como luciérnagas bordadas, que eligieron la sal de Tu rostro para hacerse filigrana, de bellezas doloridas que duermen en Tus pestañas. Hoy me luces distinta con otra belleza en Tu cara a pesar de ser la misma por otras manos tocada. Virgen de la Salud, eterna incomprendida bajo el azul de Tu palio. Granada te espera encendida, para hacer de Tu llanto alabanza, de su rezo el Ave María y de Tus ojos el mismo cielo, del desespero de quien te mira..."

Y no contento con esto, también tuvo unas palabras veladas hacia nuestro titular, el Santísimo Cristo de la Redención:

-"...En el Zaidín Cristo sobre la Cruz. Te apagas como lo hacen las lunas mordidas que ponen fin a las noches de primavera. Redención inesperada, de gentes que a Tu alrededor ponen la ofrenda del desconsuelo, entre el blanco sudario que te abarca los tobillos. ¡No estas muerto! Apenas la vida transcurre en tus ojos abiertos con igual debilidad que el rocío deja caer sobre la flor, el beso amargo de las mañanas. ¡No estás muerto! Porque aún nos queda un rezo al que poner verso de amor, en la cárcel negra de tus pestañas. ¡No estas muerto Redentor! Aún llevas fresca la flor que el mismo Genil regara. ¡No te puedes morir! Aunque sea el dolor de la muerte quien el clavo traspasara. Las manos benditas que tienes sobre paredes salesianas, a veces incomprendidas por aquellos que te guardan. ¡No te puedes morir! Que no hay en el cielo más muerte, que aquella que gime y que calla, mientras pones Tus benditos pies en las arterias de Granada.”

Solo hay que saber leer entre lineas, y ver lo que muchos no están queriendo ver, no se cual es el motivo. Bueno si que lo se, como lo sabemos desde hace muchísimo años. Y ahora, simplemente en la hermandad está pasando lo mismo de siempre. Es simplemente más de lo mismo.

Y otra cosa a los Capilleros y a los del Grupo Joven. En la hermandad siempre hubo "capilleros", aunque no denominado con este nombre, pues no había capillas. En la hermandad siempre hubo "grupo joven", porque jóvenes fueron sus fundadores. Y ahora solo está pasando lo que por naturaleza debe de pasar en cualquier cofradía. Un cambio generacional, simplemente eso. La personas que fuimos jóvenes hoy estamos casados la mayoría de nosotros y tenemos hijos, algunos de ellos, ligados a los estamentos mas jóvenes de esta hermandad. Y ni queremos compararnos con nadie, ni debemos de hacerlo. Nuestras obligaciones como padres o como cabezas de familia, nos llevan a dedicar el tiempo que poseemos a cosas a las que ustedes llegado el caso, tendrán también que hacerles frente.

Mientras disfruten ustedes de su juventud y de la fuerza y el tiempo que les permite su edad y sus obligaciones, y sean como son y lo que son, santo y seña de la Señora... que aquí estamos muchos para levantar la voz y la espada si hiciese falta y llegara el caso, para defenderos siempre... así que seguid con vuestra labor... pero nunca olvidéis dos cosas. Una, la humildad, y dos, que siempre hubo otros antes que ustedes, y que otros vendrán a sustituirles... porque es ley de vida.

Mirad, y esperando que no se moleste nadie, esta hermandad siempre ha tenido grupo joven, y digo bien, porque de hecho la fundan un grupo de jovenes. Siempre han sido los jovenes los que han tirado del carro en cultos, montajes, altares, misas, priostias, albacería, ensayos, comidas y fiestas (aún recuerdo la fiesta en la discoteca Krokis en 1988, que viejos nos hacemos casi sin darnos cuenta) salidas de fines de semana, viajes, visitas a otras hermandades, etc, etc,... siempre fue y será una hermandad de jovenes. ¿¿O acaso piensan ustedes que yo no he sido niño, que no hemos sido "jóvenes" nunca??

Yo también he sido "capillero sin capillas" como muchos otros más, y he montado altares y pasos como vosotros, y he preparado misas como vosotros, y he levantado tinglados y permanecido noches enteras sin dormir en medio de la calle, aunque la calle fuese el patio de la iglesia. Pero ¿¿que nos quereis contar, que ya no sepamos??... cuando muchos de ustedes van, muchos de nosotros ya hemos vuelto, y esto no es ni mejor ni peor, pero es simplemente la verdad. Por donde ustedes han pasado, ya hemos pisado muchos hermanos antes que ustedes, y por donde ustedes pisan ahora mismo, llegarán otros y pisarán el mismo camino que ustedes. Que conste que esto no es ni echar en cara ni reprochar nada a nadie. Vuestra labor es encomiable y digna de alabar. Pero que sepáis que después de mas de veintitrés años, la Virgen de la Salud, sigue siendo la eterna incomprendida y que eso es lo que debemos de cambiar entre todos.

Y el que calle cuando a la Madre se le falta el respeto y se le ofende, no puede querer a nadie en el mundo. Y el que otorga y consiente que a la Madre se le ningunee y se le desprecie, no puede querer a nadie en el mundo. Sed fuertes, Capilleros, pues sois un valor preciado en la Hermandad. No os arrugueis ante nada ni ante nadie. Solo postraros ante Ella y su Amanstísimo Hijo Jesucristo.

Esto escrito en esta entrada simplemente es "historia" de la Cofradía, que por cierto también sale en los Anales que publicó la cofradía a manos de D. Antonio Padial en su libro conmemorativo del XXV Aniversario, donde se han querido velar algunas cosas y suavizar otras pasando prácticamente de puntillas sobre ellas... y historia no hay mas que una, al igual que la Santísima Virgen, que no hay mas que una, y esa sigue siendo denostada y arrinconada en su propio rincón. Inmaculada y Siempre Virgen, pero en su humilde rincón... en el que lleva ya tantísimos años.

Dios te Salve Salud... eterna incomprendida...

2 comentarios:

  1. valla parrafada abuin jajaja yo me quedao a la mitad porque no da tiempo a leerlo vas a tener que poner un marca paginas jejej, en el blog de los redentoristas ya deje yo una parecida, sin tanta foto y sin tanta historia jejej pero bueno a veces pienso que la señora quiere estar ahi pa estar mas cerca de los enfermos

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  2. Bueno, siempre hay tiempo para leer, el que así lo quiera. Porque si no se lee todo, despues pasa lo que pasa. En fin, Christian, un consejo te voy a dar, a la mujer y al papel, hasta el culo le has de ver...

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