Ni el fulgor de Tu mirada,
ni la mansedumbre de tu calma quieta,
ni el remanso de paz de Tu mejilla,
ni la sangre por nosotros derramada.
Tu eres mi Rey, Rescate.
Redentor del mundo y amigo nuestro...
Salve, Jesús Cautivo de la Magdalena.
La Luna... "no existe"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario