Me han dicho que en cada una de tus canas, se balancea todo el universo. También me comentan, que tu poderosa y poblada barba grisácea esconde los secretos mejor guardados. Los destinos de cada uno de nosotros. En tu mirada, se esconde el aliento que nos da la vida, y que hace que merezca la pena el vivirla. Me dijeron también, que en las entrañas de tu pecho, Tu tienes guardado bajo llave un corazón que siempre palpita el compás del mundo. Que en tus oídos, retumban nuestras oraciones y nuestras plegarias a diario y que todas son escuchadas. Que en tus labios, siempre hay una palabra corta, sonora y tajante, y que nos dejaste escrita con letras de fuego. Amor...
Que en tus rizos al viento las tardes de Sábado Santo, caracolean las alegrías y las penas al mismo son. Que los requiebros de nuestros pasos por este mundo se enredan en ellos. Que la plenitud de nuestra alma es tuya y siempre lo será. Que las arrugas de tu frente son los senderos ancestrales que tu ya nos marcaste antes de nacer. Que la vida si ti no existiría y no sería vida. Que tus pupilas son la luz del mundo. Que tus ansias de amor, nutren y amamantan a toda la humanidad. Y aun así, cada primavera te nos presentas a la vera de tu Hijo... que más Amor que el del padre por un Hijo....simplemente por eso eres Dios Padre, Dios del Amor... y yo que soy Padre, te comprendo perfectamente... y te doy gracias por haberme dado la oportunidad de ser padre por dos veces . Y las gracias eternas por saber que yo Amo a mis hijos por encima del mundo, justamente al contrario que Tu, que pusiste a tu hijo en la picota, para redimirnos y darnos la salvación. Yo no soy Dios. Quizás por eso, tenga mucho de ser humano...
