Para los amantes de Triana, y de sus Tres Cáidas de Esperanza... de su hermandad, de su barrio, de sus gentes y de sus aromas de calle pureza, impregnados de esperanza... esperanza gitana, arrabalera, cercana, sentida y que cuando cruza el puente se convierte en sevillana...
Triana en estado puro... la locura de una madrugá en la que el sentío se trastoca, te pierde, se disuelve, te embriaga, te transforma, te motiva, te hiere y te mata... madrugadas eternas de melancolía, de embriaguez soberana, de pellizco en el alma, de pasos sobre los que seguir quieto, de rezos, de peticiones por los demás, de callada quietud, de sevillana mezcolanza, de aciertos y desaires, de niños hebreos que ven al Padre Caído pasar delante de ellos, mientras sus madres lloran amargamente el calvario al que está siendo sometido el Rey de Reyes... de Reo a Rey, de Rey a Reo de muerte... de Triana al Cielo...
Estas son las cosas de Triana... de la Triana que se convierte cada madrugá en un barrio de la Jerusalen inmortal y eterna, y que se desparrama por sevilla inundando los corazones de verde esperanza renovada, de sueños cumplidos y de inutiles esfuerzos por apartarnos de El...
Siempre contigo, Señor... y al cielo el Rey de Triana...
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