Hay cosas que no cambian. Y muchas otras que es mejor dejarlas tal cual están, y por lo visto son, fueron y serán. Yo, creo que soy una de esas cosas. Y hay cosas que llevo haciendo desde que tengo trece años. Ni uno más, y ni uno menos... siempre fui el mismo, y siempre lo seré. Nada ni nadie me hará cambiar. Soy tal cual soy. No se puede agradar a todo el mundo, y eso es algo que ya tengo más que asumido, aunque me haya costado tanto como me ha costado, con el paso de todos estos años. Y a veces, uno se para y piensa seriamente, si uno tiene lo que se merece. O no...
La verdad, es que como os he dicho, hay cosas que no cambian. Y en realidad, ¿¿¿para que cambiar lo que uno siente y cree como bueno, como placentero, como verdad, como forma de ser y de sentir, y porqué no, como forma y manera de vivir???. Formas y maneras que me han hecho ser lo que soy, porque así siempre lo quise. No busqué más que lo mejor para quien andase a mi lado. No busqué más, que sonreír a la vida de maneras distintas, aun sabiendo que el chaparrón y las nubes grises en el cielo, a más de uno les hacían ver las cosas de distintas maneras a las mías. Ya lo he dicho, no se puede agradar a todo el mundo... y no es que lo sienta. Es que es así.
Aun así, seguiré en mi empeño de ser quien soy... y quien quiero ser. De mostrarme tal y como soy... y siempre fui. Y no dejaré de decirle a todo el mundo donde eché los dientes, donde comencé a caminar por aquellos senderos de luz iluminados por capirotes de raso azul, y a la vera de donde me llevé las primeras puñaladas, en este corazón que va camino de los cuarenta, sin apenas darse cuenta de que los años pasan para todos. No me esconderé, pues nunca lo hice. Soy quien soy... "áhyh ashr áhyh"...
Por eso y porque un simple mensaje llegado esta madrugada a mi cuenta de correo me ha hecho temblar una vez más, los cimientos donde se aposentan desde ya hace mucho tiempo, mis creencias, mis devociones, mis alegrías y mis penas, mis logros y mis derrotas, mis ansias de ser mejor y de hacer mejores a los que de siempre me quise rodear. Por eso y por miles de cosas que me acompañan desde los trece años, y que ya quedarán para mi, seguiré siendo fiel a mis principios, a mis costumbres, a mis maneras, y a mi forma de entender lo que para mi significa y es mi Hermandad de "Los Salesianos"... y lo que es, ha sido y será, El Santísimo Cristo de la Redención para este que os escribe...
Y ahora, permitan que me dirija a El.... Siempre me acerqué, me acerco y me acercaré a Ti, con el corazón temblando, y el pecho abierto de par en par. Con un beso siempre preparado y alojado en las comisuras de mis labios, y que guardo siempre para Ti, aunque tantas y tantas veces no te lo pueda dar. Y sin reservas sabes, que siempre me acerqué a tu altar o a tu añorada capilla coqueta de reja forjada. Y te acaricié los pies, fríos e inertes, con la dulzura de quien acaricia a aquellos que más quiere. Con el suave tacto de mi piel en tu piel, se me quitaron todas las hirientes y agudas punzadas que mi corazón tal vez algún día sintió. Equivocadas o no... buscadas, encontradas, queridas, merecidas, peleadas, discutidas, inmerecidas, asumidas, rumiadas, abandonadas, sin derecho, envidiosas, crueles,... o no...
Y por eso, y porque hay cosas que no cambian, yo lo seguiré haciendo. Me acercaré como siempre. Me aferraré a mi Fe y a Ti, como el naufrago que se aferra a un trozo de madera a la deriva, para que le sirva de balsa y tabla de "salvación". Y besaré tus pies tres veces y con mi mano te acaricio, mientras te cuento todo lo que Tu ya sabes de antemano. Como toda la vida. Pero también, y Tu lo sabes, siempre esperaré a que seas descendido de las alturas de donde te puedo ver el resto del año, para que pueda besar tu costado. Esa quinta llaga impar, que me lleva directa a Tu corazón y que yo hago mío, aunque solo sea una sola vez al año. Lo seguiré haciendo. Porque soy así y siempre lo he hecho, lo hice y lo haré. No me quites jamás el privilegio de poder besar año tras año tu costado, Señor de la Redención... hasta el último de mis días...
Pues hay cosas que es mejor dejarlas tal cual están, y por lo visto son, fueron y serán. Yo, creo que soy una de esas cosas. Y hay cosas que llevo haciendo desde que tengo trece años. Ni uno más, y ni uno menos... siempre fui el mismo, y siempre lo seré. Nada ni nadie me hará cambiar. Soy tal cual soy. No se puede agradar a todo el mundo, y eso es algo que ya tengo más que asumido, aunque me haya costado tanto como me ha costado, con el paso de todos estos años. Y a veces, uno se para y piensa seriamente, si uno tiene lo que se merece. O no...
En este beso, inmortalizado por la oportuna lente y el obturador de la cámara de José Velasco, al que le agradezco profundamente esta foto, va todo mi Amor y mi siempre sincera petición de Salud para todos aquellos que la necesiten, y sobre todo, para aquellos que siempre quise, quiero y querré...
Señor de la Redención... que así sea. Amén...
Pd: Y para mi... bueno tu ya sabes... "áhyh ashr áhyh"... Soy quien Soy... y eso nunca cambiará...
Desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea, os deseamos de todo corazón una buena Estación de Penitencia.
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