Anoche tuve una terrible sensación de añoranza, pero se me pasó rápido tan solo hablar contigo, Maravillas. Esto no es una justificación, ni de nada ni a nadie, porque ni mucho menos me siento obligado a darla, pero si he de deciros en honor a la verdad que anoche, mientras paseaba a solas con mi soledad por nuestra querida ciudad, me acerqué a San Pedro, y aunque estaba la iglesia cerrada, sentí nuevamente el roce de Tu pie contra los tableros que separan la Gloria de las trabajaderas, y quiero que sepa el mundo entero que te pedí Salud para lo que está por llegar, y lo que me queda por vivir... y te pedí un poquito de compresión, amor, ternura y tranquilidad, y que también te hice saber cuanto y que formas te quiero. Porque no se puede negar lo que es innegable...
Quiero antes de empezar otra etapa dejar constancia en esta entrada y para que todos los que no lo sepan aun, se den cuenta de lo mucho que he disfrutado de Ti, y de la gente que siempre ha estado a Tu lado. Madre Maravillas, contigo he vivido momentos mágicos e inolvidables. Resulta, para quien aun no lo sepa, que estos años atrás he estado saliendo en la Hermandad de la Sentencia, bajo el palio más romántico de cuantos se pasean por Granada en nuestra Semana Santa. Y aunque muchos sepan ya la historia, no está de más que os refresque de vez en cuando la memoria a cuantos entráis por aquí. A mi me pudo un compromiso que adquirí yo y solamente yo, en la semana santa de 2004, cuando el palio de las Maravillas se paró en Marques de Gerona, justo delante de donde yo me encontraba con mi familia viendo discurrir el cortejo... y sigue aquí... dentro de mi...
Manolo Lasala, capataz por aquel entonces de esa cuadrilla, se acerco y estuvimos un rato de conversación delante de la Señora. Yo a Manuel lo había conocido un par de años antes, durante mi periplo como director musical de la que hoy es la Banda de Cornetas y Tambores que acompaña a Jesús de las Tres Caídaas. Justo cuando el fiscal de paso, le dijo que había que levantar y andar, el bueno de Manué me dijo que no me fuese de su vera, que sabía la noticia de la muerte de mi abuela, un ser querido y venerado por mi, y que la levantá del palio de sus amores, iría por ella. "Manué, no me hagas esto, que el año que viene estaré entonces debajo"... y así fue. Aquel palio levantó como nunca he visto otro en la calle. Con poder, y con sentimiento, por un familiar de un persona totalmente desconocida por muchos de los que debajo se fajaban en la lucha costalera. Y agradecido, al año siguiente igualé en La Señora, Reina, Maestra y Dueña de la Carrera del Darro, pues no hay otra...
Han pasado ya muchos años, y he tenido la oportunidad de salir bajo los dos pasos de la Hermandad de los enamorados de la Carrera del Darro. He formado parte de la Cuadrilla de la Ilusión, y bien que lo llevo a gala. He salido de costalero en el Señor que sentencian bajo la fortaleza de ladrillos colorados, en su primer año a costal. Y he disfrutado como un enano loco, cuando he andado a "pejetilla" bajo el faldón que ha sido penumbra y regocijo para mi, cuando mi voz se ha hecho eco bajo su oscuridad...
Y nada se me ha quedado en el cuerpo, hablando en costalero. Ni en el corazón ni en el alma. Solo espero que de por vida, queden esas chicotás eternas, grabadas a fuego lento, queridas, muchas de ellas no buscadas, pero que forman ya parte de mi curriculum costalero en esta nuestra ciudad. Gracias Manuel y Luis, por los años que compartimos juntos, porque han sido "maravillosos"... como así serán recordados... "Maravillosos"... y gracias a todos cuantos me he ido encontrando por el camino, que no han sido pocos y no diré sus nombres por no dejarme a ninguno en el tintero...
La llegada a la cuadrilla. El honor de recibir el mando de un palio magistral y el más romántico. El saberme querido por tantos, y porque no, muchas veces no comprendido por todos. El cambió a costal de tus hechuras costaleras. Las chicotás eternas que se dieron al compás de Rocío cada vez que se llegaba al bañuelo, inmersas en petalás de rojos claveles que nos pusieron siempre los bellitos de punta. Esa despedida de la Carrera para saludar a la Señá de Santa Ana, Esperanza verde al llegar a Plaza Nueva la que tanto se quiere. Adentrarnos en San Matías con la mente puesta en la Imperial. Coger Navas al compás de Mater Mea para buscar una Catedral que es donde Ella se lava la cara con agua del Darro para salir de nuevo camino de su casa. Aquel paso ya perdido por Diego de Siloé, con "La Madrugá". Y como no, todas las chicotás que di al llegar a la Carrera entre puente y puente. Gracias, siempre... pues nada se me quedó en el alma a la hora de bregar con el palo y ayudar al que tuve siempre a mi lado. Gracias Maravillas, eternamente agradecido... por todos los momentos vividos al amparo de la Cuadrilla de la Ilusión...
Pero lo que son las cosas. Unos que no se marchan, ni lo harán nunca, pero para mi y sin justificación alguna, si que han sido apartados de Ti cruelmente y sin razón ninguna. Y por otro lado, este que te escribe desde aquí, que no le queda otra que apartarme y quitarme del medio sin pretender siquiera hacer el menudo ruido, porque creo sinceramente que se ha terminado una etapa. Y como Tu y yo, ya nos dijimos anoche lo que ambos dos sabemos, al amparo del arrullo del Darro y con el fresquito de una madrugá que me levanta las tapaeras de los sentios, mi corazón late al compás de Lux Albae, tranquilo, sereno y en paz... siempre tuyo... Christi Passio...
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