Dicen de un Nazareno, que muerto va cruzando un puente todas las tardes de los Martes Santos. Barrio, morado, blanco y negro... el color de la muerte y el silencio contenido, solo roto por el llorar de cornetas... Moreno del Zaidín crucificado y sin vida, que se despliega su inmenso poder por las calles granadinas al cruzar el puente romano... arte y poderío, cuna y costal zaidinero.
Por un lado la inmensa pena de ver como traspasan tu corazón ya quieto y que no palpita. Por otra la inmensa alegría de verte crucificado y llevado a Granada en volandas de tus hermanos costaleros, hermanos míos y vecinos, con los que al menos el saludo galante y caballeroso nunca nos ha faltado...
Cristo del Buen Amor por el cual has muerto y has sido traspasado... siempre con la esperanza de que tu sangre derramada cure a las almas inquietas y perdone los pecados de un mundo cobarde y traidor con los demás y consigo mismo... te esperaré como cada Martes Santo... te veré partir hacia Granada, y como no, te esperaré a que llegues a tu casa... porque me gusta verte volver... siempre a tu barrio, el mio, el nuestro... el Zaidín Cofrade por el que hemos pasado tantas penitas y penurias...
Dios Te salve, Moreno del Zaidín... y que tu barrio siempre sea fiel a sus principios y a sus comienzos... un saludo a todos los hermanos y vecinos de la Hermandad de la Lanzada.
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